Otra vez pendientes de la gripe aviar
La muerte de un joven chino por el virus H5N1 reactiva la vigilancia de la epidemia
La muerte de un joven chino de 24 años por gripe aviar en la provincia de Jiangsu y la posible transmisión de la enfermedad a su padre ha activado de nuevo todos los sistemas de vigilancia de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Hasta ahora sólo ha habido un caso en el que la OMS haya admitido una posible transmisión de la gripe aviar entre humanos. Fue en Indonesia hace tres años, cuando una decena de miembros de una familia sufrió la enfermedad. Las autoridades chinas han indicado que en el caso de Jiangsu, la infección no parece tener como origen un ave ya que ni el joven ni el padre estuvieron en contacto con animales enfermos, pero tampoco parece que el virus haya mutado, porque "no presenta las características biológicas de una transmisión de humano a humano".
Existe un virus pandémico en las aves que puede infectar a humanos
No está confirmado que el virus pueda contagiarse de persona a persona
En estos momentos, dice Raúl Ortiz de Lejarazu, director del Centro Nacional de Gripe de Valladolid, la situación ante la epidemia es de alerta 3. Es decir, "existe un virus pandémico entre las aves que parece ser capaz de infectar a los humanos". El virus H5N1 se ha adaptado al huésped y se transmite con facilidad entre las aves domésticas. A lo mejor, señala Ortiz, éste es el primer escalón de su hoja de ruta hasta que alcance a los humanos.
Aunque no tenemos todos los datos, añade Juan Ortín, del Centro Nacional de Biotecnología (CNB), "estamos hablando de una transmisión puntual entre personas que han tenido un contacto muy íntimo". Con esos antecedentes, el caso no tendría mayor trascendencia porque la transmisión no parece ser eficaz, por lo que no existe "ningún motivo de alarma". Otro escenario sería si se hubieran producido varios casos de transmisión entre humanos, lo que supondría la antesala de la pandemia. En este sentido, Ortiz de Lejarazu cree que si se confirmara que en Asia se está produciendo contagios que no proceden de las aves, "estaríamos en otra dimensión; sabríamos que el virus ha iniciado el camino de transmisión entre humanos".
Si ello ocurriera, el problema sería que cuando se pasase a la alerta 4, "no sabríamos cuánto tiempo iba a tardar el virus en hacerse muy infeccioso entre humanos". En muy poco espacio de tiempo se puede pasar de la fase de alerta 4 a la 5, y de ésta, a la pandémica. En esta hipotética situación y en el mejor de los casos, "en el que tuviéramos cepas seleccionadas, la respuesta tardaría en llegar entre seis y ocho meses, que es el tiempo que se tarda en hacer una vacuna". "Pero no hay que adelantarse a los acontecimientos", aclara Ortín. "La OMS mantiene la alerta 3 y sólo se cambiará si se produce una transmisión sostenida del virus".
Las pandemias de gripe se presentan en dos o más ondas. Lo más probable, reconoce Ortiz de Lejarazu, es que para la primera no existiera una vacuna eficaz, pero para la segunda "debería haberla". A este problema de tiempo habría que añadir que la industria no tiene capacidad para producir una cantidad suficiente de vacunas para toda la población mundial. El problema, reconoce Manuel Oñorbe, director General de Salud Pública, sigue siendo la capacidad de producción de vacunas. Somos capaces de fabricar, siendo optimistas, 700.000 millones de dosis, "pero somos casi siete mil millones de personas". Y esto, asegura Ortiz de Lejarazu, plantearía un enorme dilema ético: "¿a quién administrar las vacunas disponibles?".
La OMS se ha marcado una serie de directrices, basadas en los sistemas de vigilancia, para poder detectar la epidemia en el momento en el que aparezca. Y recomienda que los Estados estén preparados para afrontar la situación. Una de las medidas, propuestas, aunque no sin polémica, es el acopio de antivirales porque en el momento en el que empezase una gripe, "al no haber vacunas, habría que tratar a los pacientes de alguna manera", afirma Ortiz de Lejarazu. En España hay ocho millones de dosis de antivirales para ser empleadas en caso de necesidad.
Según Oñorbe, al ser una amenaza que se mantiene en el tiempo, pero que no estalla, es posible que se pierda la perspectiva, pero "el riesgo de pandemia sigue presente y es conveniente recordarlo". Uno de los principales problemas que suscita la posible pandemia de gripe aviar es, sin embargo, el alarmismo. En los años de mayor alerta se produjo una confusión entre la gripe estacional y la interpandémica. Dice Ortiz de Lejarazu que ello generó un desabastecimiento de vacunas difícil de solucionar, porque las previsiones de compuestos se hicieron en función de las del año anterior.
Para solventar dicho contratiempo se plantea la posibilidad de cultivar las cepas del virus de la gripe, con vistas a hacer la vacuna, en cultivos celulares en vez de embrión de pollo. El mundo de las vacunas es muy conservador, reconoce Ortiz de Lejarazu. "Apenas hemos cambiado el procedimiento de desarrollo". La posibilidad de elaborar vacunas a partir de células supone un hito en la investigación de vacunas, según Ortiz, y permitiría acortar el tiempo necesario para obtener una contra el virus de la gripe aviar.
No lo tiene tan claro Rafael Fernández, de la Sociedad Española de Virología. Los cultivos celulares para desarrollar vacunas son una metodología muy interesante, pero tienen que mejorar mucho, dice. En su opinión, el rendimiento que ha dado a lo largo de todos estos años el embrión de pollo ha sido inmejorable.
Otro problema que apunta Fernández es la dificultad para conocer el origen de los brotes, al no compartir las cepas circulantes todos los países. Así, la OMS ha denunciado que Indonesia sigue sin facilitar las cepas de los virus identificados en su país, que probablemente sean las causantes de los brotes. Los bancos de genoma del virus son imprescindibles para resolver casos con el que acaba de ocurrir en China.
Incertidumbres preocupantes
Las incertidumbres son siempre más inquietantes que las certidumbres, recuerda Juan Ortín, del Centro Nacional de Biotecnología (CNB). Si se confirma que ninguno de los dos casos ha estado en contacto con aves enfermas, "nos encontraríamos ante una situación preocupante, porque no sabemos de donde proviene el virus", explica. Ortín opina que esta situación sería turbadora porque abre la posibilidad de que existan otras fuentes de contagio del virus, como gatos y otros animales de granja, que no "están siendo controladas". "Es posible que estén en otros animales", añade Rafael Fernández, de la Sociedad Española de Virología, aunque no hay pruebas de que el virus de la gripe H5N1 haya pasado a los felinos.
Las autoridades chinas siguen barajando tres posibles canales de infección: por una misma fuente, por varias distintas o por contagio entre humanos. Ninguna de las tres ha sido confirmada.
En cualquier caso, y aunque sea conveniente recordar que el riesgo de pandemia sigue siendo real, todos los expertos son muy cautelosos al referirse a los casos de China. El presidente del Consejo General de Veterinarios, Juan José Badiola, ha pedido "prudencia" ante la alerta lanzada por la OMS sobre la posibilidad de un caso de transmisión del virus entre humanos. Badiola aseguró que si se confirmara, habría que actuar desde el primer momento para evitar una posible pandemia. La OMS recomienda intervenir en el lugar en el que se produzca la infección con la máxima celeridad. El objetivo, afirma Manuel Oñorbe, es atacar las zonas donde se producen los focos. En este sentido, reconocen Oñorbe y Badiola, España está preparada ante una hipotética fase pandémica.
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