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Reportaje:Examen a la educación secundaria

Los 'clicantes' compulsivos

Investigadores de la Jaume I analizan si los universitarios se sumergen en Internet o sólo picotean sin detenerse

Un clicante compulsivo navega por Internet muy rápido y superficialmente, saltando de página en página sin hacer una lectura a fondo de ninguna. La descripción es de María Luisa Villanueva, profesora e investigadora principal del Grupo de Investigación sobre Aplicaciones Pedagógicas en Lenguas (GIAPEL) de la Universidad Jaume I de Castellón, que se ha topado con este perfil de internauta en el transcurso de sus trabajos sobre nuevas tecnologías y aprendizaje de otras lenguas.

GIAPEL analizará, durante el segundo semestre de 2008, la manera en que 100 alumnos de cuatro universidades (Jaume I, Zaragoza, Castilla-La Mancha y la católica San Antonio de Murcia) navegan y obtienen información de la Red con fines académicos. Será el modo de confirmar una hipótesis: que el clicante compulsivo abunda entre los universitarios españoles.

Si la información no es clara y breve, abandonan y saltan a otra
El trabajo preliminar se hizo con 15 filólogos e ingenieros

Este trabajo de campo es la fase experimental de un proyecto I+D del Ministerio de Educación que desarrolla GIAPEL: Cibergéneros y tecnologías aplicadas a la autonomía de aprendizaje de lenguas (CIBERTAAAL). Se apoya en la premisa de que "los universitarios pueden desarrollar destrezas de aprendizaje autónomo aprendiendo a sacar partido del plurilingüismo y de la democratización de la información y del conocimiento en Internet", plantea Villanueva. En otras palabras, aprendiendo a manejarse "con los cibergéneros, los nuevos géneros de la Red, diferentes de los del papel".

Con posibilidades como el blog o el foro. Y una riqueza y una mezcla enormes. "Existe una multimodalidad de texto, imagen y sonido, y la lectura no siempre es lineal, sino que puede ir de atrás hacia adelante, ser más lenta o de barrido", añade. Webs como hipertextos plagados de enlaces externos que conducen a otras informaciones, en idiomas diferentes; usuarios que han de decidir si se saltan una o si imprimen la siguiente, si clican o no en un link, dibujando así su propio recorrido.

Los recursos y las voces expertas se multiplican gracias a Internet, y los estudiantes han de abordar la avalancha con "capacidad crítica y de gestión", opina Villanueva. Necesitan "nuevas competencias", que GIAPEL ya ha puesto a prueba en una prueba preliminar de su proyecto con 15 alumnos de la Jaume I. La mitad era de filología y la otra mitad, de ingeniería; todos hablaban inglés y francés.

Los investigadores les encargaron recabar información sobre lo último en robots humanoides y construir un texto explicativo con los resultados. Para ello, les dieron dos direcciones de web, una francesa y otra estadounidense, sobre robótica. Portales "de estructura no jerárquica, multimodales, con mucho hipertexto" que podían conducir, según la elección del internauta, a artículos especializados en varias lenguas, a una revista, a una asociación (con correo electrónico para contactar), a un foro, a una publicidad, a juegos...

"Tenían muchas habilidades tecnológicas y motoras; su clic era muy rápido. Pero vimos que, en muchos casos, si la información no era breve, clara, con dibujos y relativamente cerrada, abandonaban pronto y se dirigían a otra", explica Villanueva. Los clicantes compulsivos se iban derechos a ver si las imágenes estaban activas, pinchaban en los vídeos y navegaban de enlace en enlace sin leer hasta el final ninguna página.

"Los alentamos a que participaran en los blogs, no se les había ocurrido; creemos que asocian el blog o el chateo a su esfera privada, mientras que estas páginas tenían un aspecto más institucional y se trataba de una situación de gestión y aprendizaje", avanza la docente. Los estudiantes de filología fueron más clicantes compulsivos que los de ingeniería, quizás, según aventura Villanueva, porque en esto influye el mayor o menor conocimiento que se tenga sobre un tema.

El trabajo de campo con los 100 universitarios pondrá a prueba éstas y otras hipótesis. Y dará respuesta a cuestiones sobre las distintas estrategias de lectura, o sobre cómo influyen en la forma de navegar por la Red los estilos de aprendizaje. A los alumnos se les asignarán tareas relacionadas con una materia que les interese.

"Un programa informático nos permitirá conocer su recorrido, en qué páginas se meten, por cuánto tiempo, si mantienen varias ventanas abiertas, y a qué velocidad clican, para saber si realmente están leyendo o no". Los docentes de GIAPEL no contemplan un seguimiento de todos los estudiantes, "aunque no descartamos hacer un estudio de casos a lo largo de un mes".

Analizarán sus estrategias y propondrán planes de formación sobre autoaprendizaje y plurilingüismo. Piensan que podrán aportar conclusiones a principios del curso que viene. Y que sus resultados aproximarán al alumno a los cibergéneros, lo ayudarán a descifrar la estructura de una web y a exprimir todas sus posibilidades.

Universitarios en un aula de informática.
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