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Zapatero y Prodi asumen el plan mediterráneo de Sarkozy

España abanderaba desde 1995 un proyecto similar

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y su colega italiano, Romano Prodi, asumieron ayer con interés el nuevo proyecto de cooperación en el Mediterráneo que promueve el presidente francés, Nicolás Sarkozy, pero a condición de que se enmarque en la UE. El proyecto no deberá ser, pues, una Unión Mediterránea, como dijo inicialmente su promotor, sino una Unión Euromediterránea que "complemente y no sustituya" al llamado Proceso de Barcelona, iniciado hace 12 años por la diplomacia española y que abogaba también por establecer un diálogo permanente entre los países mediterráneos.

Fue Romano Prodi quien utilizó la expresión "complemente y no sustituya" en la conferencia de prensa final de la 15ª Cumbre hispano-italiana, celebrada ayer en Nápoles, con la cooperación en el Mediterráneo como tema principal. Rodríguez Zapatero pareció inclinarse por dar por finiquitado el Proceso de Barcelona, uno de los ejes fundamentales de la política exterior española en los últimos 12 años, ya que, refiriéndose al proyecto francés, afirmó: "Ahora hay sobre la mesa una nueva asociación mediterránea más fuerte".

Fuentes próximas al ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, puntualizaron después que, por encima de las imprecisiones lingüísticas que puedan surgir en una rueda de prensa, el punto de consenso era más bien lo contrario de esta interpretación: se trató de encuadrar el proyecto francés en una perspectiva comunitaria.

Iniciativa anterior

Sarkozy, que aún está lejos de haber concretado su idea, habló inicialmente de una unión de Estados ribereños, que se alejaba del proyecto de cooperación orientado a acortar distancias estructurales, sociales y económicas entre Europa y el sur del Mediterráneo asociado a la veterana iniciativa española. Esta implica a todos los Estados de la Unión Europea y a la propia UE, que la financia. Es por ello un proyecto euromediterráneo. El anuncio del francés sonó en ese contexto como una alternativa a algo que no funcionaba.

Prodi señaló ayer que el Proceso de Barcelona, siempre lastrado por el enfrentamiento de los árabes con Israel e incluso por querellas puramente árabes, como las de Marruecos y Argelia, "tiene sus deficiencias". "De no ser así, no estaríamos aquí hablando de esto. Pero se trata de complementar y no de sustituir", añadió.

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Tanto el italiano como Rodríguez Zapatero insistieron, además, en que hay que cooperar estrechamente con la Comisión Europea para desarrollar las nuevas ideas y contar con la financiación necesaria. También sugirieron que la Unión promovida por Sarkozy se centre en objetivos muy concretos, especialmente en preservar el medio ambiente en el Mediterráneo.

Prodi, por otra parte, aseguró que las medidas adoptadas por su Gobierno en relación con la inmigración rumana no han tenido efecto en ningún otro país. Zapatero confirmó que en España no se ha observado mayor afluencia de inmigrantes rumanos como consecuencia de tales medidas.

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