Eludir la clonación terapéutica
La técnica de la reprogramación resuelve dos grandes problemas, uno a corto y otro a largo plazo. A corto plazo aporta una forma fácil de obtener células madre para la investigación. A largo plazo, cuando el conocimiento avance lo suficiente para ofrecer terapias, resuelve el problema de cómo conseguir células madre con la carga genética del propio paciente sin necesidad de formar un preembrión para obtener tejido compatible.
La reprogramación inducida permitirá prescindir de la engorrosa y poco eficiente técnica de la clonación por transferencia nuclear, que ahora requiere un gran número de óvulos para obtener una línea de células madre. La clonación terapéutica era un paso imprescindible para cualquier aplicación terapéutica, pues la única forma de lograr tejidos compatibles con el paciente era introducir el material genético de una célula del enfermo en un óvulo donado, formar con ello un preembrión, desarrollarlo hasta la fase de blastocito.
Sin la reprogramación inducida, por cada paciente que tratar se habría precisado un número considerable de óvulos de mujer en los que introducir el material genético del enfermo y formar un preembrión del que obtener las células madre necesarias. Pero la clonación terapéutica, que ha tenido resultados importantes en animales -la oveja Dolly, por ejemplo- no ha sido posible aún en humanos. El avance más reciente se publicó hace tres semanas en la revista Nature: el Centro de Investigación de Primates de Oregón (EE UU) mostró que había logrado obtener por primera vez células madre de embriones de primate obtenidos por clonación.
"La reprogramación inducida pone fin a la urgencia de la clonación terapéutica para obtener células madre, pero seguimos teniendo el reto de controlar la diferenciación", concluye José López Barneo, del Laboratorio de Investigaciones Biomédicas de Sevilla.
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