_
_
_
_
El adiós a un creador
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Pesimista certero y dubitativo

Juan Cruz

Mayéutico, dubitativo, pasó por la vida haciendo creer que estaba seguro de todo. Y sin embargo sólo estaba seguro de lo que acaba de ocurrirle. Su indignación, cuando le importunaron, que fue muchas veces, era su modo de tachar el mundo que venía, un mundo en el que ya estuvo definitivamente incómodo: el de las preguntas estúpidas, el de la intimidad asaltada por un titular de basura, es decir, de mierda.

Tengo algunas imágenes suyas. La primera, él está en un automóvil pequeño, de madrugada, por la Castellana, en Madrid. Ya es mayor y tiene sus ojos fijos en un papel; es un guión. Le espera el final de la madrugada en una película que se hace en la sierra. A él le toca decir una frase y volver, y la memoriza, a los 80 años, como si fuera a perder el empleo.

Más información
Muere el cómico total

Ahora está, en esta otra imagen, recibiendo un encargo para escribir una serie de radio. Es tarde, pero él sigue preguntando y dudando, y al final se pone un dedo en la sien, ha tenido una idea, está feliz; retira de su alrededor todas las cenizas y los platos y dibuja sobre el mantel lo que va a hacer luego, Las bicicletas son para el verano. Nadie le interrumpe; cuando acaba su entusiasmo dice: "Bah, luego todo es para nada".

Carta de un editor

Esta vez recibe una carta de un editor. Le piden que sea cualquier cosa en una película, La lengua de las mariposas, a partir de un cuento del escritor Manuel Rivas, guión de su amigo Rafael Azcona y de su amigo José Luis Cuerda. "Puede ser aquí el niño, el maestro, el director". Fue el maestro, acaso su último gran papel, un símbolo de su modo de estar, muchas veces, en este mundo en el que se apedrea a los maestros con piedras y también con preguntas estúpidas.

Ahora está, en esta memoria con imágenes, empuñando un vaso de whisky. Se acaba de estrenar Pepe Guindo, él es el actor solitario que busca refugio a partir de la nada. Antonio Resines hace apuestas con él: quién la va a ver. "Nadie", dice Fernando. Acierta.

Su pesimismo acertó siempre. Su risa era triste, como si le pesara el pasado. En esta imagen está él jugando de niño, bajo la guerra, junto a Eduardo Haro, su amigo. Allí se heló la sonrisa, allí nació la rabia de un caballero contra las piedras y contra las preguntas estúpidas.

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
Recíbelo

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_