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Moratinos dice que llamar a un embajador es "lo último"

El ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, afirmó ayer que llamar a un embajador a consultas, sobre todo en una situación de crisis como la que España ha vivido con Marruecos y vive ahora con Venezuela, "es lo último de lo último". "Nunca entendimos por qué Marruecos llamó al suyo", añadió, y explicó que le parece contradictorio que, tras haber criticado al Gobierno por aquel hecho, el PP pida ahora que se llame a consultas al embajador en Caracas.

"Me costará mucho hacerlo, aguantaré todo lo necesario", señaló en referencia a las provocaciones del presidente venezolano Hugo Chávez, que ayer dio una tregua, probablemente porque ha emprendido una gira por Arabia Saudí, Irán, Francia y Portugal.

El embajador, explicó el ministro en un desayuno organizado por la agencia de noticias Europa Press, es más imprescindible cuando hay problemas con un país, "porque mantener la interlocución es entonces más necesario que nunca", prosiguió.

Moratinos pareció corregir su rumbo con estos comentarios, tras haber marcado un cierto endurecimiento con el Gobierno venezolano la víspera, al criticar "la persistencia declarativa" de Chávez, que el miércoles anunció públicamente una "profunda revisión" de sus relaciones con España.

Del gesto a la gestión

Ayer, el ministro de Exteriores afirmó que no entiende que el PP pida insistentemente al Gobierno un gesto de firmeza. "La firmeza ya la puso el Rey en la cumbre y el presidente del Gobierno, con su intervención. Creo que no hay que añadir gestos innecesarios, porque, después del gesto ¿qué? ¿Gestionamos un doble gesto? Ya hubo un gesto firme del Rey y un gesto declarativo del presidente. Dejemos el gesto y hagamos gestión. Los problemas son más de fondo y las declaraciones no ayudan", afirmó

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Según el ministro, lo que el Gobierno está haciendo es lo que quieren los empresarios. "Nos piden que trabajemos para que puedan seguir desarrollando su actividad. Nos piden tranquilidad, serenidad y defensa de nuestros intereses. La clase empresarial lo que quiere es recuperar la relación y poder seguir obteniendo beneficios".

En abierto contraste con esta estrategia, el PP presentó ayer en el Congreso una proposición no de ley en la que pide que la Comisión de Exteriores de la Cámara repruebe a Chávez y apoye a sus disidentes. El coordinador de IU, Gaspar Llamazares, insistió en que José María Aznar participó en "la asonada" de 2002 contra Chávez.

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