_
_
_
_

Homenaje de sangre a Arafat

Seis muertos y 80 heridos en enfrentamientos entre facciones palestinas en Gaza

Convocados por su partido, Al Fatah, y también por el difunto ex presidente palestino, Yasir Arafat, fallecido hace tres años, decenas de miles de vecinos de Gaza abarrotaron ayer un céntrico descampado de la capital de la franja para honrar la memoria del rais. La primera manifestación autorizada por Hamás en su bastión concluyó en un caos de disparos y estampidas que acabó con la vida de seis personas y medio centenar de heridos. No sucedía nada similar desde que el 14 de junio el movimiento fundamentalista desmantelara los cuerpos de seguridad del actual mandatario, Mahmud Abbas. ¿Quién disparó primero? Ambos contendientes se acusan de provocar los desórdenes al término del acto.

Los dirigentes laicos e integristas se acusan entre sí de iniciar los tiros

Lo único indiscutible es que al menos seis hombres murieron, según fuentes del Hospital Shifa, el principal de Gaza, y dos agentes de la policía de Hamás sufrieron impactos de bala. Los dirigentes de Al Fatah acusaron a los uniformados islamistas de disparar contra los manifestantes, sin que mediara provocación alguna, desde la Universidad Islámica y edificios gubernamentales próximos a la arenosa explanada, engalanada con enormes retratos de Arafat. "Ha sido un crimen atroz", declaró Abbas. La versión de la policía es justo la opuesta. Islam Shahuan, portavoz de la Fuerza Ejecutiva, aseguraba a este diario en su despacho del cuartel general que "las provocaciones vienen sucediéndose desde el sábado".

"Han disparado y apedreados a policías en varias ciudades y han atacado alguna escuela para forzar a los jóvenes a acudir a la celebración. No hemos puesto impedimentos porque se trataba de conmemorar el asesinato de Arafat", añade Shahuan. Y respecto a las muertes de ayer, no niega que sus agentes apretaran el gatillo. "Sí, hemos respondido a los ataques de varios hombres armados. Disparaban desde los tejados de la Universidad Al Azhar y desde calles adyacentes. Hay dos policías heridos de bala, uno en la cabeza y otro en un hombro, además de ocho que fueron acuchillados". Otro portavoz de la Fuerza Ejecutiva añadió que los provocadores "dispararon armas con silenciador".

En todo caso, la plaza donde se celebró el acto fue escenario de una batalla campal pasada la una de la tarde. Las imágenes captadas por la cadena qatarí Al Yazira mostraban a simpatizantes de Al Fatah lanzando pedradas contra los agentes y a éstos propinando fuertes bastonazos a los que caían en sus manos.

Es poco verosímil que la policía de Hamás disparara sin motivo alguno contra la multitud. No es el estilo de una organización que trata de engordar a través de la cooptación de la infinidad de descontentos con la vieja clase política de Al Fatah y que reserva su poder de fuego contra el Ejército israelí. Pero tampoco cabe duda de que la policía de Hamás no permite el más mínimo desmán. Desde junio suelen responder sin contemplaciones a la mínima provocación, e incluso han brotado incidentes esporádicos con milicianos de Yihad Islámica, partido-milicia de similar ideología, con el que mantienen relaciones estrechas.

Tras su triunfo en las elecciones de enero de 2006, el Gobierno islamista de Ismail Haniya fue sometido a un bloqueo económico severísimo por parte de Israel y la comunidad internacional al tiempo que las milicias del movimiento islamista eran atacadas a lo largo de la franja sin descanso. Una vez que el 14 de junio se adueñaran del control de Gaza, Al Fatah convocó varias manifestaciones al término del rezo de los viernes que acabaron en disturbios. El Ejecutivo de Haniya decidió entonces prohibir las protestas en espacios públicos. Pero ayer se conmemoraba la figura de Arafat, que sigue gozando del respeto de los suyos y de buena parte de líderes fundamentalistas. Su portavoz, Fawzi Barhum, afirmaba por la mañana: "Honramos a Arafat porque no cedió respecto a los derechos del pueblo palestino en nuestra sagrada tierra".

Si pretendía Hamás mostrar cierta benevolencia respecto a sus enconados adversarios al autorizar la masiva manifestación, todo apunta a que será difícil que vuelvan a hacerlo. Shahuan se mostraba contundente. "Si de mí dependiera, no repetiría la experiencia. Se estudiará caso por caso".

Miles de seguidores de Al Fatah reunidos para conmemorar el tercer aniversario de la muerte de Yasir Arafat, en Gaza.
Miles de seguidores de Al Fatah reunidos para conmemorar el tercer aniversario de la muerte de Yasir Arafat, en Gaza.REUTERS
Al menos 12 personas han muerto y cientos han resultado heridasVídeo: ATLAS

Al Fatah resiste en la Franja

El domingo, en la Mukata de Ramala (Cisjordania), no se percibía fervor entre los asistentes a la conmemoración del tercer aniversario de la muerte de Yasir Arafat. Los discursos de la plana mayor de Al Fatah cosecharon escaso entusiasmo. Sólo los gritos de quienes equiparaban a los partidarios de Hamás con los chiíes -una afrenta para los palestinos suníes- arrancaron vítores. Ayer, en Gaza, fue diferente. Al Fatah se volcó. Miles de banderas amarillas del partido nacionalista y laico -aunque muchos de sus dirigentes son devotos musulmanes- se colgaron en los tejados de la franja. Son enseñas nuevas, como las gorras que portaban sus seguidores. Al Fatah no se rinde. Y su demostración de fuerza no puede ser desdeñada pese a que muchos de los manifestantes no sientan aprecio por el presidente Mahmud Abbas y demás líderes del partido.

Hamás ha recibido un severo golpe donde más le duele. No fue capaz de mantener el orden, uno de sus objetivos fundamentales y tal vez su único logro. Desde que el 14 de junio se hiciera con el poder en el minúsculo territorio palestino, es casi imposible oír ráfagas de Kaláshnikov en las calles. Algo sorprendente tras año y medio de anarquía. Los policías de Hamás han requisado miles de armas y sólo algunos incidentes han salpicado estos cinco meses de dominio absoluto de los islamistas. No obstante, en la plaza Al Katiba y sus alrededores, la Fuerza Ejecutiva, la policía creada por Hamás en mayo de 2006, sufrió ayer un varapalo contundente. Su enorme despliegue, los controles en cada esquina, los registros de vehículos en busca de armas no sirvieron para mantener la calma.

"La gente ha salido a la calle a decir no a Hamás. Hago un llamamiento a Al Fatah para continuar luchando contra Hamás con métodos pacíficos", aseguró desde Ramala Mohamed Dahlan, ex jefe de los cuerpos de seguridad en Gaza e instigador de los disturbios y choques armados contra el Gobierno islamista de Haniya en sus primeros 15 meses de existencia.

La fractura de la sociedad palestina es muy aguda. Si en Gaza Hamás tiene la sartén por el mango y sus huestes cometen excesos como disparar a los pies de los detenidos más feroces, en Cisjordania sucede lo opuesto. Los arrestos de miembros de Hamás se cuentan por centenares y las ONG de derechos humanos denuncian torturas sistemáticas y asesinatos. Salam Fayad, primer ministro designado por Abbas, aseguraba el domingo: "Hemos comenzado a arrestar a los símbolos del caos, y continuaremos hasta que detengamos al último de ellos".

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_