Incidente en la cumbre

Leída y vista la noticia que nos llega de Santiago de Chile, no puedo menos de congratularme por tener unos dirigentes que no sólo saben estar, sino que en las duras y en las maduras saben responder a las tropelías verbales de un militar, convertido en político, como es el presidente de Venezuela. Lástima que una reunión de este tipo se convierta, por los excesos verbales tropicales de algunos, en una feria, pero sirve para que se les vea su verdadero rostro.

Y una lección para el señor Aznar, cuya reconocida trayectoria como conferenciante lo ha llevado a decir cosas de su patria y sus dirigentes, que mejor se las hubiese callado. Siempre hay ocasión de aprender algo.- Osvaldo Mendoza Cossio. Barcelona.

Desde esta columna, los venezolanos residentes en España queremos pedir disculpas, en primer lugar, a su majestad el Rey, al presidente de Gobierno y a todo el pueblo español. Queremos que quede claro que Chávez no representa al pueblo venezolano (su primera llegada al Gobierno la logró con casi un 60% de abstención) y su permanencia en el poder se debe definitivamente a factores de manipulación en instituciones públicas como el Consejo Nacional Electoral (CNE). Todos sus insultos e improperios son característicos únicamente de personas con un alto resentimiento social y emocional.

En Venezuela llevamos casi nueve años con este tipo de insultos e improperios y sufriendo por el fuerte rechazo que este hombre manifiesta en contra de todo aquel que no comparta sus ideas, razón por la cual hoy en día un gran número de venezolanos residimos en España.

Para finalizar, quisiera darle las gracias a su majestad el Rey don Juan Carlos, por su coraje y aplomo al hacer lo que hizo en el momento en que Chávez interrumpía (como lo hace siempre) la intervención del presidente de Gobierno, ya era hora de que alguien le dijera a Chávez lo que se merece, aun cuando sabemos que ésta es sólo una treta más para desviar la atención pública nacional e internacional de los problemas que él mismo ha generado en Venezuela.- Nayibe Esteves. Alicante.

Felicito a Zapatero por exigir a Chávez respeto por Aznar. Felicito doblemente al Rey por traducir de una forma tan breve y brutal las palabras de Zapatero a un dictador para el que los conceptos de democracia y tolerancia no figuran en su vocabulario. Espero también que todos nuestros políticos nacionales, sean del partido que sean, tomen nota y que antes de insultar o descalificar al rival recuerden las palabras de don Juan Carlos que compartimos muchos españoles: "¿Por qué no te callas?"- Teresa González Rodríguez. Madrid.

Después de ver repetidamente la televisiva conversación en la Cumbre Iberoamericana, sólo me viene una posible interpretación lógica: era Zapatero quien, en una acertada y educada intervención, estaba defendiendo el respeto que un ex presidente democrático merece, aunque tampoco éste sea santo de mi devoción; sin embargo, cuando el Rey mandó callar a Chávez, no me parece que lo hiciera en primera instancia para defender a Aznar, sino para defender el turno de palabra de Zapatero, que fue constantemente violado por Chávez.

Ahora, Rajoy alaba la intervención del Rey, pero critica la tardanza de la de Zapatero. Que yo sepa, la de Rey fue posterior a la del presidente. Tendré que volver a ver las imágenes, porque creo que soy el único que entiende que a quien intentaba defender el Rey era a Zapatero.- Francesc Roca Tugas. Viladecans, Barcelona.

El lenguaje diplomático debe acuñar una nueva palabra para poder desarrollar sus tareas acorde a la realidad actual: esta palabra no es otra que la de gamberro. La cual podría definirse como la actitud emprendida por el mandatario venezolano, que en plena Cumbre Iberoamericana ha osado faltar al respeto a España, maniendo el discurso demagógico al que nos tiene acostumbrados.

Si tan preocupado está por el clamor de las clases populares, me pregunto por qué no escucha las voces de la juventud venezolana que se manifiesta cada día en Caracas. La actitud de Chávez es ofensiva no sólo para España, sino para Chile como país anfitrión y para cualquier país civilizado que se digne seguir el juego de la diplomacia. Señor Chávez, si lo suyo son discusiones callejeras, haría bien en dejar la presidencia de su país y dejar de avergonzar al pueblo venezolano. Independientemente de que las declaraciones que hizo Aznar en privado quizá no fueron las más apropiadas Jorge Ipiña Pando. Bilbao.