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Un foco de origen incierto

La pasada semana saltaron las alarmas en varios caseríos de Oiartzun (Guipúzcoa) porque las ovejas se ponían malas de una enfermedad desconocida en la zona y que no respondía a los antibióticos. Las sospechas de los veterinarios de que podía ser lengua azul (fiebre catarral ovina) se confirmaron el pasado viernes. Por el momento, el foco vasco, de origen aún incierto, se circunscribe a Oiartzun. Desde que se detectó la enfermedad han muerto 39 ovejas por el mal y de los 157 análisis realizados 60 han dado positivo. Entre el ganado vacuno hay animales con síntomas de la enfermedad, a falta de confirmarse la analítica. La hipótesis oficial es que el virus llegó en un mosquito alojado en un transporte de vacuno del sur de España, bien con destino a Francia o bien con destino a algún matadero vasco. Javier Lucentes, coordinador del Programa Nacional de Vigilancia Entomológica de la Lengua Azul, ofrece otra posibilidad, y es que el virus llegara en un animal infectado y que un mosquito de la variedad culicoides que vive en el norte de España la haya propagado. De momento, en la superficie que abarca un radio de 150 kilómetros, que afecta a seis comunidades autónomas, están restringidos los movimientos de ganado.

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