El Gobierno achaca la subida de los precios a la coyuntura internacional

Esta vez, Pío García Escudero arrancó una sonrisa a Pedro Solbes. Ni terrorismo, ni nacionalismos, ni banderas, el PP planteó ayer en el Senado al presidente del Gobierno una pregunta sobre macroeconomía. Zapatero ni siquiera recordaba la última vez. El punto de partida: que los precios han subido nueve décimas en un mes, llevando el IPC del 2,7% al 3,6%. Un "mal dato sin paliativos", según reconoció el ministro de Economía.

García Escudero se batió no sólo con Zapatero, sino también con el vicepresidente, que se pasó el debate cuchicheando al oído de su jefe a medida que el portavoz del PP iba pintando un panorama macroeconómico desolador. "La subida es un torpedo en el bolsillo de los españoles, especialmente de aquellos que tienen un menor poder adquisitivo". El presidente ve el mundo "de color de rosa" y los españoles "cada vez más negro".

El argumento principal del PP es que los Presupuestos de 2008 están basados en una previsión de crecimiento irreal, del 3,3%, con una estimación del petróleo a 71 dólares. La realidad es que el crecimiento estará por debajo del 3% y el petróleo está en 100 dólares. Esto supone 6.000 millones de euros de desfase. "¿De dónde va a salir todo ese dinero, señor Zapatero?".

"España es una economía abierta", argumentó Zapatero, y la realidad es que la brusca variación en los mercados internacionales del precio del petróleo y materias primas como el trigo explican el varapalo a los precios en octubre. Zapatero también venía cargado de datos. "A usted le parece que la inflación del 3,6% es muy elevada con un petróleo por encima de 90 dólares. Hay que preguntarse, ¿cómo le parece que en 2001 la inflación fuera del 3,6% con un petróleo a 24 dólares?".

Con economía o con banderas, el portavoz del PP sacó de nuevo la habitual ironía con la que hace un sutil repaso a la prensa semanal. "No entiendo cómo no ha aprovechado el domingo pasado para acercarse a un híper a pedir perdón", le dijo al presidente, que la semana pasada acudió a Barcelona a hacerse una foto mirando un socavón y pidió perdón a los barceloneses afectados por las obras. "¿Va a llamar al señor Sarkozy para que venga a arreglárselo?", dijo en otro momento, recordando que fue el presidente francés el que resolvió la situación de las azafatas retenidas en Chad.