La vida se alarga hasta los 80
La esperanza de vida en España crece dos años en un decenio - Las españolas, entre las más longevas del mundo tras las japonesas y las francesas
En España cada vez se vive más, sobre todo las mujeres, que se encuentran entre las más longevas del planeta. Así lo demuestran las últimas cifras. Desde 1995, la esperanza de vida al nacer se ha incrementado en más de dos años, hasta llegar a una media de 80,23 años, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Dos años que tienen su peso, si se tiene en cuenta que las nuevas ganancias arrancadas al tiempo se están cosechando en los años finales de vida. Las mujeres mantienen la antorcha de la longevidad respecto a los hombres, con una diferencia de seis años: ellas tienen una esperanza media de vida de 83,48 al nacer y ellos, a pesar de mejorar, sólo alcanzan los 76,96 años.
Las españolas, además, gozan de una posición privilegiada dentro de la UE. Sólo las francesas van por delante, con una esperanza de vida de 83,82 años. "Más que en un solo año hay que poner la mirada en la tendencia", afirma Amando Blanes, del Centro de Estudios Demográficos de Barcelona. En ese sentido, españolas y francesas no sólo comparten el primer puesto de la Unión. Se encuentran en la cima de los países occidentales. "Sólo las japonesas las superan. Japón es el referente mundial, tanto para mujeres y hombres", indica Blanes.
Suecia, Finlandia e Italia, son otros de los países europeos en los que la mujer ha logrado alargar la vida. Las rumanas, con una esperanza de 75,70 años, ocupan el último peldaño en este club de afortunadas.
"Los hombres han ganado vida, pero menos", valora Blanes. Si se mira el mapa europeo surgen sorpresas: los varones no siguen el mismo orden que las mujeres. La vanguardia la ocupan los suecos, seguidos de irlandeses, malteses, holandeses e italianos. Y en sexto lugar los españoles, con una media de 76,98 años de vida. Detrás, pero casi a la par, los franceses, con 76,74 años.
¿Por qué viven más las mujeres? "No hay una sola respuesta. Hasta la primera mitad del XX se atribuía a que los hombres trabajaban duro, en condiciones penosas, y se creía que la incorporación de la mujer a la vida laboral acortaría distancias, pero no ha sido así", declara Ignacio Duque Rodríguez-Arellano, subdirector general de Estadísticas de Población e Inmigración del INE. "Así ocurre, además en otros países. Las mujeres viven más porque mantienen otras pautas, otro estilo de vida, una diferente relación con el propio cuerpo", aventura. Por su parte, Blanes asocia una mayor mortalidad masculina a los accidentes de tráfico. "Aunque han disminuido, en España constituyen un riesgo mayor que en otros países del entorno", apunta.
Aunque el abismo entre hombres y mujeres viene de antiguo, el responsable del INE asegura que desde 1996 se ha reducido ligeramente. A Amando Blanes le llama más la atención la dicotomía entre comunidades autónomas que entre hombres y mujeres. "En el centro y el norte, la esperanza de vida es más alta que en sur. Todos avanzan, pero no ha habido convergencia. Hay patrones territoriales fijos". El demógrafo lo atribuye no sólo a la renta o la dieta, sino a una diferente organización del sistema de salud. Duque, por el contrario, minimiza el impacto de las diferencias sanitarias en este campo. "Es más complejo. Hay factores ambientales, y hasta flujos migratorios a considerar: desde jóvenes que acuden al centro o al norte, a personas que al final de su vida se afincan en la costa". El debate no está cerrado.
Los mayores de 65 años, los que más ganan
A principios de siglo, la reducción de la mortalidad infantil fue decisiva para ampliar la esperanza de vida. "Las ganancias se libraban a edades tempranas", evoca Amando Blanes. En la última década, "las enfermedades crónicas se han ido desplazando a edades avanzadas, y es en ese tramo donde se juega ahora la batalla", continúa. No en vano, desde 1981, la esperanza de vida de hombres y mujeres mayores de 65 años se ha incrementado en 3,2 y 2,4 años, según el INE.
"Muchas de las ganancias actuales se deben a la llamada revolución cardiovascular, es decir, a los avances de los últimos años para reducir la mortalidad por esta causa", agrega el demógrafo.
Un enigma fascinante es qué sucederá en los próximos años. Los expertos discuten si la esperanza de vida se alargará de forma sucesiva o si se está ya cerca del límite, aunque se eleve aún unos cuantos años. El reto médico se encuentra ahora en el control de las enfermedades oncológicas. "El campo de acción por así decirlo se situará en la población octogenaria", añade Blanes.
Ignacio Duque Rodríguez-Arellano explica que las expectativas españolas a la luz de estos datos, son formidables. "En los años ochenta, la mortalidad en varones jóvenes se vio afectada por la irrupción del Sida y el fenómeno de la drogodependencia, un doble impacto que se ha reducido en estos momentos".
Los especialistas se muestran cautos al tratar de explicar qué factores determinan la longevidad. "Hay cosas curiosas: se asocia una mejor vida a la dieta mediterránea, y es cierto, pero en Valencia la incidencia cardiovascular es importante", argumenta Amando Blanes. Fuera de España, "sorprende las diferencias de vida entre países tan próximos como Suecia donde las mujeres tienen una expectativa de vida similar a la de las españolas, y Dinamarca, donde la esperanza de vida para ellas baja dos años".
"La esperanza de vida, además de ser un concepto intuitivo, es un artificio que nos permite tener un indicador del momento", afirma Duque.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.