"En la RDA, me llamaron traidor"
El director de teatro Matthias Langhoff (Zúrich, 1941) estrenó anoche en el Teatro Valle-Inclán de Madrid el Quartett, de Heiner Müller (hasta el día 29), la obra del dramaturgo alemán inspirada en Las amistades peligrosas, de Choderlos de Laclos. Hijo de un comunista que escapó de la Alemania nazi y de una madre judía de origen italiano, Langhoff, como amigo personal y colaborador estrecho de Müller, es el mejor situado para confrontar a los dos protagonistas de la novela epistolar, Merteuil y Valmont, al margen de su contexto histórico, social y político.
Pregunta. ¿Cuál fue su relación con Heiner Müller?
Respuesta. Era mi mejor amigo. Trabajamos mucho juntos.
P. ¿No tuvo problemas para vivir y trabajar en la Alemania comunista y salir al extranjero?
R. Yo nunca dejé la RDA como un refugiado político. Cuando salí ya trabajaba en el extranjero y cuando me di cuenta de que por razones políticas no era posible continuar viviendo allí, aceptaron darme una visa permanente para que pudiera trabajar fuera.
P. ¿No tuvo problemas?
R. No. Era una situación que no estaba bien vista, pero a las autoridades de la RDA no les interesaba crear un mártir más.
P. ¿Conservó sus relaciones con los intelectuales de la RDA?
R. Con Müller, por supuesto, y con otros amigos. Algunos me vieron como un traidor.
P. ¿Cómo nació Quartett?
R. A Müller le encargaron una reinterpretación de Las amistades peligrosas. Cogió el tema en la tradición de Shakespeare, que usaba todo tipo de historias para escribir sus piezas. Me sorprendieron las referencias a su vida privada, autobiográficas.
P. ¿Cuál es la principal diferencia entre el original y la versión de Müller?
R. El original es una obra moralista que incluye una gran crítica a la decadencia, a los valores morales de la aristocracia de la época, tiene que ser leída en el contexto de la Revolución Francesa. Para Müller, los personajes representan algo totalmente diferente. Siguen siendo dos monstruos, pero como podríamos serlo cualquiera de nosotros; es decir, dos personajes dispuestos a ir hasta las últimas consecuencias en el combate entre los sexos para encontrar un fondo de verdad. Su mirada es mucho más freudiana, más moderna, y no es ideológica, no hay ninguna crítica social.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.