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Elecciones en Argentina

La violencia y el crimen sacuden el debate de la campaña electoral

Las Madres del Dolor piden justicia contra asesinos y policías corruptos

Fernando Gualdoni

La inseguridad ciudadana irrumpió de lleno en la última semana de la campaña para las presidenciales con el asesinato de tres policías en la ciudad de La Plata, la capital de la provincia de Buenos Aires. Tras el triple crimen, los argentinos pusieron en las encuestas el miedo por delante de otras preocupaciones bastante serias como la inflación. La violencia en la capital y los suburbios bonaerenses, los distritos electorales más importantes del país, forzó a la aspirante a la presidencia con más posibilidades, Cristina Kirchner, y a sus rivales, a mencionar la inseguridad en sus discursos. Los candidatos pretendieron pasar de puntillas sobre el tema, pero la realidad no lo permitió.

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Nadie conoce mejor la violencia que Elsa, Viviam, Marta, Isabel, Susana, algunas de las 500 madres que se han unido para exigir justicia. Ellas son las Madres del Dolor. También perdieron a sus hijos pero no en manos de una dictadura militar, sino de criminales comunes o policías corruptos. Asesinatos, violaciones, secuestros exprés, son el pan de cada día de los argentinos. Ayer, en un barrio de clase media, un hombre de 28 años salió a buscar la pizza que había pedido y cuando abrió la puerta lo esperaban tres hombres para robarle. No contentos con eso, lo mataron delante de su mujer embarazada y sus hijos. Los vecinos piden la cabeza del comisario de la zona. Sospechan que es corrupto.

Elsa Gómez mira al vacío mientras se habla del triple crimen de La Plata. Tal vez porque recuerda que a su hijo Daniel lo mataron dos policías para robarle el coche hace seis años. "Volvía a casa y cerca de la medianoche nos llamó con el móvil: 'Estoy llegando a casa... tengo a dos hijos de puta apuntándome con un revólver... vengan a buscarme'. No lo oímos más, le pegaron cuatro tiros a menos de medio metro". El calvario de Elsa en busca de justicia acabó hace un mes, cuando los asesinos de su hijo entraron en prisión tras años prófugos. La participación de miembros de la policía de la provincia de Buenos Aires (la bonaerense) en delitos ha sido probada tantas veces que cuesta creer que haya alguien honesto entre sus 50.000 efectivos.

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"En la bonaerense, un 20% son honestos, un 30% corruptos y un 50% deja hacer o participa en algo sucio", dice Luis Vicat, un ex jefe de Asuntos Internos de la bonaerense que sufrió varios atentados al intentar "limpiarla". Vicat explica que dentro de la policía a la que perteneció 30 años funciona "la corporación", una nomenclatura de altos cargos que mantiene el control de las actividades ilegales y que impide todo tipo de reforma. "Tras el asesinato del periodista José Luis Cabezas en 1997 se perdió la oportunidad de echar mano a los corruptos. Hubo una purga, pero cayeron los tontos. Los malos se quedaron", explica. El ex comisario está convencido de que el asesinato de los tres policías es una muestra de poder de "la corporación" en víspera electoral.

Los hijos de Viviam Perrone y Susana Di Santo murieron atropellados y desasistidos. Los conductores, pertenecientes a familias acomodadas, están libres. Sus casos refuerzan la creencia de que el dinero compra la impunidad y de que la policía está a sueldo de los poderosos. Viviam cuenta que en la zona rica donde murió su hijo Kevin, de 14 años, los policías hacen "horas extras" como guardias jurados en las mansiones. Dice que las pruebas desaparecieron de la escena del crimen y que logró saber la identidad del culpable por un policía arrepentido que acabó "cantando". "Uno de los grandes negocios de la policía es la destrucción de pruebas", asegura Vicat. Junto a la policía, la eficiencia y ética del sistema judicial está en entredicho. "Tenemos tres problemas graves: jueces designados a dedo, falta de recursos, y un código procesal que eterniza los procesos", explica un secretario de un juzgado penal de Buenos Aires.

Las Madres del Dolor han llevado sus reivindicaciones a todas las autoridades. "Cuando nos reciben nos dicen dos cosas: 'Chicas, estamos con ustedes' y '¿les importa que nos hagamos una foto?' Pero después nada, todo sigue igual..." reflexiona Marta Canillas, madre de Juan Manuel, una de las primeras víctimas de los secuestros exprés.

Antes de que ella y su marido pudiesen juntar el dinero del rescate, su hijo de 23 años estaba muerto con un tiro en la espalda. "No estamos juntas sólo para exigir justicia, también para contener a las madres que sufren. Cuando te matan a un hijo en este país hay un antes que se pierde de inmediato pero un después infinito en las comisarías, en los tribunales, en la frustrante búsqueda de justicia", dice Marta.

Cristina Kirchner, candidata a la presidencia de Argentina, y su marido, Néstor Kirchner, durante el acto de cierre de la campaña.
Cristina Kirchner, candidata a la presidencia de Argentina, y su marido, Néstor Kirchner, durante el acto de cierre de la campaña.AP

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Sobre la firma

Fernando Gualdoni
Redactor jefe de Suplementos Especiales, ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS como redactor de Economía, jefe de sección de Internacional y redactor jefe de Negocios. Es abogado por la Universidad de Buenos Aires, analista de Inteligencia por la UC3M/URJ y cursó el Máster de EL PAÍS y el programa de desarrollo directivo de IESE.

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