El jefe del CNI avisa de que España es objetivo de Rusia
Saiz explica el 'caso Flórez' en el Congreso
La Guerra Fría acabó hace casi dos décadas y las relaciones con Moscú son cordiales, como demuestra la visita a Rusia del presidente José Luis Rodríguez Zapatero en septiembre pasado, pero España sigue siendo un objetivo de los servicios secretos rusos, que no han perdido un ápice de la agresividad que les caracterizó en la época soviética.
Así lo aseguró ayer el director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Alberto Saiz, ante los miembros de la Comisión de Secretos Oficiales del Congreso -que integran los portavoces de los grupos parlamentarios y preside el propio presidente de la Cámara baja, Manuel Marín-, reunidos a puerta cerrada.
Saiz apenas aportó novedades a lo que ya explicó en la insólita rueda de prensa del pasado 24 de julio, cuando dio a conocer la detención del ex agente Roberto Flórez, producida 24 horas antes en Tenerife. Pero sí confirmó lo que era un secreto a voces y entonces no quiso revelar: que la potencia extranjera a la que el ex espía vendió información clasificada entre los años 2001 y 2004 era Rusia.
El jefe del servicio secreto no ofreció muchos detalles sobre dicha información (que incluía el organigrama y procedimientos del centro, así como listados de decenas de agentes y colaboradores), pero tranquilizó a los diputados asegurándoles que no afectaba a la lucha antiterrorista, pese a que Flórez estuvo destinado en el cuartel de Intxaurrondo hasta 1998 e incluso se infiltró en el entorno de ETA.
Tampoco aventuró la cantidad de dinero que podría haber cobrado el ex espía, aunque confirmó que en el registro de su domicilio se había encontrado una copia de la carta que dirigió a los servicios secretos rusos ofreciéndoles sus servicios a cambio de 200.000 dólares (unos 145.000 euros).
No quiso concretar más, alegando que el caso está siendo investigado por un juzgado de Madrid, que ha declarado el secreto de las actuaciones.
El portavoz parlamentario del PP, Eduardo Zaplana, le reprochó su rueda de prensa de julio. "Precisamente por su perfil, el director del CNI debía esmerarse en no protagonizar este tipo de actos", declaró más tarde en público. Pero los otros grupos, incluso los que criticaron en su momento que compareciera ante los medios de comunicación, se dieron ayer por satisfechos con sus razones.
Joan Herrera, de Iniciativa per Catalunya (IU-ICV), le echó en cara que no acuda regularmente al Congreso para dar cuenta de los objetivos del centro, como dispone su ley reguladora. El director del CNI le contestó que lo hará siempre que el Parlamento le llame. Aunque sea, como pasó ayer, después de que el propio Saiz remitiera una carta a Marín mostrando su disposición a comparecer.
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