Un testigo dice que pagó a Bravo cuando ya no era director de Hacienda

Uno de los testigos en el caso del supuesto fraude en la Hacienda de Irún declaró ayer que realizó pagos al principal imputado, José María Bravo, cuando éste ya había dejado su cargo de director de dicha oficina tributaria. Este testigo, C.O., relató ayer ante la juez que investiga la causa que recibió una llamada de Hacienda para informarle de que una sociedad de la que era administrador arrastraba una deuda. Le dijeron que contactase con Bravo.

C. O. llamó entonces por teléfono al que ya en esos momentos era ex director de la oficina tributaria de la localidad fronteriza. Se citaron en la sede de la asesoría Urdanibia, de la que Bravo era administrador único. El contribuyente le pagó 12.000 euros. A cambio, recibió un justificante de que había realizado el abono en la asesoría, pero no el correspondiente a que ese dinero había sido ingresado en la Hacienda foral. Después efectuó sendos pagos de 90.000 y 120.000 euros y no recibió justificante alguno, según informaron fuentes cercanas a la causa.

Comisión investigadora

Un segundo testigo, A.S., ratificó que pagó en efectivo en la oficina de Irún a una mujer. Extrañado por no recibir el correspondiente recibo, lo reclamó. La persona que le atendió trató de justificar la no entrega argumentando que Bravo era "alguien importante" y que estaba apoyado por "alguien más importante todavía".

Otros dos testigos explicaron que pagaron distintas cantidades en la oficina de Irún. Uno de ellos concretó que hizo el abono a una mujer a la que podría reconocer. Una quinta persona declaró que hizo el pago a través de una asesoría.

Los seis miembros de la comisión de las Juntas Generales de Guipúzcoa que investigará las supuestas responsabilidades políticas en el caso resolvieron que ésta se reunirá aproximadamente cada diez días a partir del 25 de octubre. Primero citará a los técnicos y funcionarios de Hacienda para ascender poco a poco a los cargos políticos.