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Reportaje:

Unas bodegas que toman cuerpo

Mauro, Maurodos, Aalto y El Paixar inician un ambicioso proyecto empresarial

Miguel Ángel García Vega

Muy pocos en España pueden enfrentarse a un dilema que ya quisieran para sí muchos empresarios: cómo escoger a quien se le vende el producto cuando la demanda supera la oferta. A este reto tiene que hacer frente cada día Mariano García, que, junto a sus hijos, ha construido un pequeño imperio enológico con bodegas como Mauro, Maurodos, Aalto o El Paixar.

El proyecto, que en conjunto factura unos 10 millones de euros, da trabajo directo a unas 45 personas en zonas afectadas por el paro

El vallisoletano Mariano García, uno de los hombres clave del vino en España y antiguo enólogo de Vega Sicilia, ha conseguido que algunos de sus vinos rocen la máxima puntuación que concede el criticado y admirado (a partes iguales) máximo gurú mundial del vino, Robert Parker, y que cuenta entre sus singularidades con la de haber nacido en los propios pagos de Vega Sicilia, en tiempos en los que los vinos españoles no eran lo que son ahora.

Pues bien, una de sus últimas aventuras enológicas es Aalto, un proyecto en el que cuenta con el Grupo Masaveu (40%), Grupo Nozar (40%) y el antiguo presidente de la Denominación de Origen de Ribera de Duero Javier Zaccagnini (10%) como compañeros de viaje. Es una reedición clara de la pasión que el negocio del vino despierta hoy en día en sectores empresariales tradicionalmente ajenos a él.

La bodega, presidida por José Masaveu, quien también está al frente de Bodegas Murúa, Fillaboa y Pagos de Araiz, contó con un presupuesto de 12 millones de euros y comercializa las marcas Aalto y Aalto PS. Concretamente, el Aalto PS 2001 recibió una puntuación de Robert Parker de 98+ (sobre 100 puntos). Por poner un referente, Parker ha puntuado con 92 puntos un vino señero como el Vega Sicilia Único de 1987. Respecto a la cosecha de 2006 y 2007, en Aalto reconocen que no saben si habrá PS, ya que sólo se elabora en años excepcionalmente buenos.

Por cierto, José Masaveu, siendo fiel a su origen, también está inmerso estos días en un singular proyecto en Asturias de crear una sidra de alta calidad a partir de variedades de manzanas escogidas.

Pero volvamos a Aalto. Actualmente cuenta con 15 hectáreas de viñedo viejo y 20 de joven y otras 60 alquiladas en siete pueblos diferentes de la Ribera de Duero, como Quemada, La Aguilera, Piñel o La Horra, entre otros.

Y el vino se acaba con celeridad. "El PS se agota antes de salir al mercado. Por ejemplo, las 14.500 botellas de PS 2004 ya están adjudicas, y eso que saldrán en octubre. Tenemos lista de espera", revela Javier Zaccagnini. Y son producciones relativamente altas en el caso de Aalto (220.000 botellas en 2006 y unas 240.000 durante 2007). Al igual que sucede con otros productos españoles de alta calidad y elevado precio, la exportación (55%) es uno de los principales destinos de las botellas.

Todo este conglomerado enológico tiene su origen en Mauro, tal vez la enseña más conocida de los vinos que llevan la firma de Mariano García y con la que comenzó todo este ambicioso proyecto hace casi 20 años. En la actualidad, esta bodega comercializa tres marcas: Mauro, Mauro Vendimia Seleccionada y Terreus, este último, por cierto, un vino que procede del paraje histórico de Cueva Baja, en Tudela de Duero, y cuya limitada producción (8.000 botellas) hace que sólo se entreguen tres botellas por cliente, en un sistema de cupo que recuerda al de Vega Sicilia. ¿Consecuencia? El precio de la botella en un restaurante supera los 200 euros.

Con una producción de 320.000 botellas (240.000 litros) en 2006, las previsiones que manejan para las tres enseñas frente a 2008 la sitúan en unas 360.000 botellas (270.000 litros). El empuje de la demanda ha provocado que la bodega se quedara pronto pequeña. Por ello, Jesús Manzanares, arquitecto bien conocido en el sector por sus trabajos en Enate, Álvaro Palacios y Aalto, es el encargado de firmar su ampliación. Una nueva zona de crianza, un nuevo almacén de producto final, un área de oficinas y un espacio social dibujarán la imagen del nuevo Mauro en 2008. Gracias a este aumento de capacidad se espera incrementar un 20% la facturación (4,4 millones de euros) de la bodega.

Producción conjunta

No muy lejos de Mauro, en las tierras zamoranas de Toro, se encuentra Maurodos. Allí, en los pedregosos terruños de Pedrosa del Rey, Villaster, Morales de Toro y San Román de Hornija, se elaboran con la uva de la zona, tinta de Toro, los caldos Prima y San Román. Dos marcas pujantes. Según confirma la empresa, la producción conjunta pasará de las 150.000 botellas (112.500 litros) de 2006 a unas 200.000 (150.000 litros) durante 2008. En el caso de Prima, su destino es en un 80% la exportación. De hecho, sólo Estados Unidos adquiere 50.000 botellas.

El resto se reparte entre Japón, México, Puerto Rico, Rusia y la Unión Europea, aunque también está previsto que poco a poco se quede en España. Prima empezó en 2003 con la venta de apenas 20.000 botellas, pero de la cosecha de 2006 se espera conseguir unas 100.000 para dar respuesta a un vino que ha recibido 95 puntos de Parker y que en Estados Unidos no supera los 10 dólares la botella.

Todo ese entramado conforma un proyecto enológico que en conjunto factura unos 10 millones de euros y da trabajo directo a cerca de 45 personas en zonas rurales especialmente afectadas por el desempleo. ¿El futuro? "Nuestro objetivo es consolidar lo que tenemos, y sólo entonces entraremos en nuevos proyectos", sentencia Mariano García.

Mariano García, un hombre clave del vino en España.
Mariano García, un hombre clave del vino en España.

Viñas 'agónicas' en El Bierzo

Tal vez es el proyecto más singular en el que está inmerso Mariano García. En el año 2000, la familia Luna Beberide y los hijos de Mariano García, Alberto y Eduardo, inician el proyecto Paixar con la compra y arrendamiento de diminutas parcelas de viñedo en la aldea berciana de Dragonte.

A cinco kilómetros de la localidad leonesa de Villafranca del Bierzo se encontró el enclave ideal para el cultivo de la hasta entonces casi semiolvidada uva mencía. Se trata de viñas viejas (entre 50 y 80 años), o agónicas, como las llaman la familia García, criadas en ladera, plantadas en terrenos pizarrosos, donde la planta sufre para dar uva, y, por tanto, con un rendimiento muy bajo. Además, están guarecidas por un microclima de montaña donde se entremezclan los castaños y los robles. En definitiva, el caldo de cultivo perfecto para un vino de autor en el cual prevalece el terruño.

En este agreste paisaje, la producción a la fuerza tiene que ser limitada. Así, las cuatro añadas que se han producido -2001 (3.000 botellas), 2002 (6.800), 2003 (9.000) y 2004 (9.000)- nunca han superado las 10.000 botellas. Todo ello a partir de una finca de unas cinco hectáreas. El 50% de la producción se destina a la exportación, sobre todo a Estados Unidos, Alemania, Holanda, México y Japón.

Respecto a la crianza en barrica, se ha acondicionado la bodega subterránea de una casa-palacio de Villafranca del Bierzo, y para la vinificación se utilizó las instalaciones de Bodegas Luna Beberide. Al tiempo se está trabajando en la elaboración de un blanco en el Bierzo a partir de la uva godello. Si el vino sale adelante en los términos de calidad que barajan, en cuatro años llegará al mercado.

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Sobre la firma

Miguel Ángel García Vega
Lleva unos 25 años escribiendo en EL PAÍS, actualmente para Cultura, Negocios, El País Semanal, Retina, Suplementos Especiales e Ideas. Sus textos han sido republicados por La Nación (Argentina), La Tercera (Chile) o Le Monde (Francia). Ha recibido, entre otros, los premios AECOC, Accenture, Antonio Moreno Espejo (CNMV) y Ciudad de Badajoz.

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