El PP reclama a Zapatero en el Senado que adelante las elecciones generales

El PP pidió ayer cuentas en el Senado a Zapatero por una frase pronunciada en el Congreso el 1 de febrero de 2005. Aquel día se rechazó la admisión a trámite del plan Ibarretxe y el presidente aseguró que tenía "un nuevo proyecto para Euskadi y para el conjunto de España". Pío García-Escudero retrató ayer, dos años y medio después, una España al borde del abismo para, al final, llegar a la conclusión lógica de su discurso: "Convoque elecciones ya", le exigió.

El trabajo de documentación del PP tuvo un momento impactante. Fotocopia en mano, leyó García-Escudero: "Diario de León. Lunes, 7 de febrero de 2000. 'Zapatero: un Gobierno de izquierdas acabaría con el chantaje nacionalista". Pero Zapatero llegó al poder y decidió juntarse con "malas compañías", como definió el portavoz del PP a los nacionalistas, que cada vez utilizan más sus turnos en otras cuestiones para responderle (ayer lo hizo el senador del BNG).

La consecuencia de esa relación es la presentación de un nuevo plan soberanista por parte del lehendakari. Pero también la siguiente lista recitada ayer por García-Escudero: que se quemen fotos de los Reyes; que "amigos suyos de ERC" amenacen de muerte a miembros del PP y de Ciutadans; que Maragall pida un Estado para Cataluña; "que Puigcercós diga que Cataluña ya no tiene nada que hacer dentro de España"; "que se persiga el castellano en los colegios"; y que se incumpla la ley de banderas. Curiosamente, son todos ejemplos de Cataluña, cuando la pregunta iba sobre Euskadi.

Pero lo que irritaba de verdad al portavoz del PP era que "para el presidente del Gobierno todo esto es simplemente espuma". García-Escudero no sabía cómo hacer ver al presidente que España se desliza hacia el precipicio: "¿Se da cuenta de que en 30 años de democracia nunca hemos vivido una situación parecida?".

El presidente del Gobierno pareció no ser consciente de la situación que vive España, porque en ese punto ya se estaba riendo. "¡No se ría!", espetó el portavoz del PP, mientas le exigía la convocatoria de elecciones "ya".

Pero fue inútil. A Zapatero no se le quitaba la sonrisa de la cara mientras decía: "Le agradezco sus admoniciones, sus consejos, sus amables palabras". Zapatero empezó por recordar que el PP disfrutó de estabilidad durante toda una legislatura gracias a los nacionalistas, igual que él ahora. Respecto a los "problemas latentes, algunas veces más evidentes", propuso una receta alternativa al adelanto de elecciones: "Buscar el máximo marco de entendimiento y no de confrontación en aquello que nos une, que son los valores democráticos".

También aclaró que el "proyecto de convivencia" consistía en "renovar un acuerdo político en el marco de la legalidad".