Álvaro Mutis carga contra los medios electrónicos
"Jamás en su vida sobre la tierra el hombre ha vivido más solo...". Álvaro Mutis inició con estas palabras el breve texto que leyó ayer en la Casa de América. Nunca ha estado tan solo como en este tiempo "en el que se pregonan las virtudes" de los nuevos medios de comunicación. Así que arremetió con saña contra los artilugios electrónicos y terminó demoledor, anunciando que ya se oyen "las trompetas del Apocalipsis". En el camino comentó que los jóvenes se han convertido en "robots ausentes" y que habitamos un mundo que se ha convertido "en un vasto supermarket en el que estamos naufragando". Y aprovechó para defender la fuerza del "castellano", aunque esté sumergido en "el vértigo de la informática".
Juan Villoro había definido poco antes a Álvaro Mutis como maestro del descalabro. Dijo que en sus obras profundiza en la caída moral de los hombres y revela "la inutilidad de toda empresa". Contó que frecuenta la estética de los residuos y que recoge en sus obras "la inquietante lección de las cosas". Empezó acordándose del Mutis que fue narrador de la serie Los intocables, y luego habló de su poesía y de su narrativa. Apareció entonces Maqroll el Gaviero, su gran personaje, ese tipo medio roto que no ha perdido las ganas de vivir. Villoro (México, 1956) resumió así la trayectoria de Mutis (Bogotá, 1923), premio Cervantes en 2001, premio Príncipe de Asturias en 1997 y premio Reina Sofía también en 1997, al presentarlo ayer en Madrid poco antes de iniciar una conversación que inauguraba el Festival VivAmérica.
Un trozo de poesía
"Vivo una vida monacal en un pequeño pueblito que ha sido devorado por la ciudad de México y en el que las calles no tienen aceras", contó Mutis a lo largo de una conversación que giró alrededor de su vida, sus gustos, recuerdos y obsesiones. El escritor festejó las historias propias que narraba Villoro pero no se extendió mucho y fue parco en las respuestas. Reivindicó la vitalidad de la poesía: "Lo último que hará el hombre cuando se termine la tierra es un trozo de poesía para decirle adiós".
Afirmó, pese al pesimismo de las trompetas del Apocalipsis, que mantiene intacto su afán de celebrar el mundo. Y confesó que no está escribiendo nada. "Soy muy informal con el hábito de escribir. Se me arma la cosa en la cabeza y hasta que no me convence no me pongo a escribir". Antes había reconocido que, aunque tenía muchas cosas que contar de sus viajes por Latinoamérica, "no me viene el impulso".
Hablaron de poetas -Eugenio Montejo, Enrique Molina, Aurelio Arturo- y de libros -Villoro recordó que Mutis le pasó Pedro Páramo a García Márquez con la indicación: "Tenga, para que aprenda"-, pero lo que Mutis quiso dejar claro es que, antes, en la comunicación intervenían los ojos, los gestos y la piel y que, ahora, los medios electrónicos la han convertido en mentira y engaño.
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