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La droga reduce cada año un 1% del PIB de Galicia en productividad y gasto social

Un estudio científico evalúa el impacto de los estupefacientes en la economía gallega

Las drogas se llevan cada año un 1% de la riqueza de Galicia, fundamentalmente en gasto sanitario y reducción de la productividad. Es el equivalente al negocio anual de toda la industria eólica o del sector lácteo gallego. De esa parte, un 0,3% del Producto Interior Bruto (PIB) gallego corresponde a las drogas ilegales. El Instituto de Estudios Fiscales (Ministerio de Economía) ha analizado el impacto económico de las sustancias estupefacientes en Galicia. El informe revela que las drogas generan pérdida de productividad en el trabajo e importantes gastos sanitarios.

Los estupefacientes matan a 131 gallegos al año y generan 2.070 hospitalizaciones
Sólo la mitad de los drogadictos gallegos logra conservar su puesto de trabajo

Las drogas ilegales matan a 131 personas cada año en Galicia, han contagiado a 3.535 personas de Sida y hospitalizan a más de 2.000 drogodependientes anualmente. Se calcula que hay unos 11.000 afectados directos. Al enorme problema social generado por las drogas se añade un nuevo enfoque económico: los estupefacientes salen muy caros a la economía de un país.

Los economistas Juan Oliva, de la Universidad de Castilla-La Mancha, y Berta Rivera, de la Universidad de A Coruña, acaban de elaborar para el Instituto de Estudios Fiscales un informe científico sobre el impacto económico de la droga en Galicia. El estudio se titula Los costes sociales del consumo de drogas ilegales en la Comunidad de Galicia y concluye que estos estupefacientes se llevan cada año 133,3 millones de euros. La cifra llegaría a los 500 millones si se contabilizase el tabaco y el alcohol.

Se estima que las drogas ilegales mueven en Galicia unos 4.000 millones de euros al año en dinero negro. Sin embargo, Oliva y Rivera han centrado su investigación en la incidencia directa y medible de la drogadicción en Galicia. Según sus cálculos, los estupefacientes hacen perder el equivalente a 3.018 empleos en caída de la productividad, es decir, unos 58 millones de euros al año. Los investigadores han detectado una cifra de afectados de 8.958 personas mayores de 16 años. De ellas, sólo 3.335 aún conservan su puesto de trabajo.

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Los economistas afirman que hay costes familiares y personales altísimos, pero han descartado medirlos por la dificultad que entraña averiguar su impacto económico. "El dolor y sufrimiento de familias, amigos y de los propios consumidores de drogas es una partida de gran relevancia, pero son intangibles. No se aconseja valorarlos monetariamente, pero sí deben ser mencionados explícitamente y tenida en cuenta su existencia por los decisores públicos", subrayan los autores del trabajo.

Berta Rivera y Juan Oliva subrayan que la realización del estudio se debe a que "la adicción a sustancias ilegales supone una fuerte carga para toda la sociedad, puesto que, además de los costes puramente económicos, el consumo de drogas también ocasiona fuertes costes sociales".

Los principales costes socioeconómicos analizados en Galicia son los procedentes del gasto sanitario, de las muertes prematuras, de los programas de prevención y de la pérdida de productividad laboral.

Los grandes números son los siguientes: las drogas ilegales (sin tabaco ni alcohol) consumen casi 23.727 consultas médicas anuales, 10.300 atenciones en programas específicos de centros para drogodependientes, 2.070 hospitalizaciones con 23.998 días de ingresos, además de 3.535 casos de Sida. Y 131 muertes prematuras al año.

En el análisis del problema, los investigadores económicos afirman que las drogas representan una lacra que ha de ser afrontada socialmente. "Se pueden contemplar sus efectos en términos de mortalidad prematura, pérdidas de productividad laboral, mayor probabilidad de cometer actos delictivos y de costes intangibles", señalan los autores. Pero, "contemplar los efectos de las adicciones a sustancias ilegales sin tener en cuenta este tipo de costes supone una grave infravaloración de su impacto", subraya el informe del Instituto de Estudios Fiscales.

Los investigadores incluyen una comparativa con trabajos anteriores realizados por otros estudiosos del problema. Según sus datos, en EE UU los costes sanitarios de las drogas ilegales representan sólo el 4%, mientras que los costes relacionados con delitos alcanzan el 30% y la pérdida de productividad representa el 65%. La estimación es similar en Australia y Canadá. Un estudio elaborado por el profesor García Alés en Cataluña establece que el 44% es coste sanitario, el 9% son costes relacionados con delitos y el 30% correspondería a pérdida de productividad.

Si lo que la economía gallega pierde por el consumo de drogas ilegales son 133 millones de euros anuales, la estimación para toda España alcanza los 807 millones de euros.

El impacto económico es mayor si a los estupefacientes prohibidos se le añaden las drogas legales más consumidas: tabaco y alcohol. Los estudios realizados en España indican que tabaquismo y alcoholismo generan 7.400 millones de euros de pérdidas económicas anuales, de los que unos 370 millones corresponderían a Galicia.

El estudio referido a Galicia no incluye una evaluación de costes ligados a delitos (costes judiciales, policiales y penitenciarios), por lo que los propios autores califican sus conclusiones de "conservadoras" y califican el impacto económico de cifra "mínima". El trabajo indica que "pese a utilizar datos regionales, el problema es global, por lo que parte de las conclusiones puden servir de orientación" para toda España.

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