Evaluar los valores
Europa se afana en encontrar el modo de formar ciudadanos, un objetivo "menos neutro" que la transmisión de conocimientos
Está claro que la educación para la ciudadanía no consiste únicamente en transmitir conocimientos teóricos a los alumnos para mejorar su cultura política en temas como la democracia, los derechos humanos y el funcionamiento de las instituciones políticas. En general, todos los países europeos coinciden en que también deben transmitirse "actitudes y valores cívicos positivos". Esta es una de las conclusiones del estudio La educación para la ciudadanía en el contexto escolar europeo, hecho por el organismo de información educativa de la UE, Eurydice.
Este informe, de 2005, identifica tres objetivos en los desarrollos escolares que los países europeos están haciendo de Educación para la ciudadanía, independientemente de si lo hacen en una asignatura independiente, metida en otras materias, con contenidos transversales en todas ellas, o combinaciones de todas. Se trata de desarrollar una cultura política, una participación activa, responsable y crítica, en la vida pública; y actitudes y valores para convertirse en ciudadanos responsables. Dependiendo de los países, se da más importancia a uno o a otros. Por ejemplo, Alemania hace hincapié en la cultura política, Irlanda, en la participación y Finlandia, en las actitudes y valores.
Criterios para el profesor
Éste último, que intenta enseñar a los alumnos "a respetarse y a respetar a los demás, escuchar y resolver conflictos de forma pacífica o desarrollar valores acordes con una sociedad plural, construir una imagen de sí mismo positiva", es el más complicado, admite el estudio. Lo es porque se trata de objetivos "relacionados con la disposición personal de los alumnos y con un sistema de valores aceptado y compartido por la sociedad. Por tanto, son menos neutros y más difíciles de evaluar que la adquisición de los conocimientos", dice el texto. ¿Cómo se evalúan los valores y actitudes?
En general, los países priman que el profesor valore la progresión del alumno, tanto en los conocimientos teóricos (evaluación continua) como de las actitudes y comportamientos. Otros, como Holanda, Polonia o Reino Unido, le suman los exámenes, pero sólo en secundaria.
La ley educativa española no establece los mecanismos concretos de evaluación (exámenes escritos, orales, trabajos prácticos, o seguimiento del estudiante en clase), pero da unos criterios para cada asignatura. En Educación para la Ciudadanía, estos son algunos de ellos: identificar y rechazar situaciones de discriminación, reconocer los principios democráticos y las instituciones fundamentales que establece la constitución o desarrollar actitudes responsables para mejorar la desigualdad o la convivencia.
Tampoco deja de lado el informe el hecho de que la ciudadanía responsable no es un concepto cerrado. Sin embargo, señala algunos valores comunes: la democracia, la dignidad humana, la libertad, los derechos humanos, la tolerancia, la igualdad, el respeto a la ley, la justicia social, la solidaridad, la responsabilidad, la lealtad, la cooperación, la participación y el desarrollo espiritual, moral, cultural, mental y físico.
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