El Consistorio de Sant Carles se culpa de la contaminación del puerto
Los vertidos tóxicos se produjeron por "error" a mediados de los años noventa
El Ayuntamiento de Sant Carles de la Ràpita (Montsià) asumió ayer la responsabilidad de los vertidos contaminantes en el puerto, al ser producto de unas obras de demolición tuteladas por el propio Consistorio. Los trabajos de ampliación del puerto han revelado la existencia de una zona de más de 1.000 metros cuadrados contaminados por plomo, arsénico y piritas en altas cantidades. La Generalitat sospecha, además, que puede haber también mercurio.
Sucedió entre los años 1996 y 1997. En aquella época, el Consistorio contrató con una empresa especializada el derribo de una antigua fábrica de fertilizantes perteneciente al grupo Ercros y que el municipio había comprado previamente.
Fuentes de Ercros explicaron ayer que no tienen nada que ver con este nuevo episodio de contaminación en aguas catalanas, ya que a finales de los años ochenta vendieron la instalación al Ayuntamiento de Sant Carles. En cambio, la empresa química sí está implicada en dos procesos de contaminación: la fábrica Erkimia de Flix (Ribera d'Ebre), filial de Ercros, durante su historia, ha depositado en el río Ebro más de 700.000 toneladas de residuos tóxicos: uranio, mercurio, plomo y níquel. Además, tiene un contencioso en los juzgados por la presunta contaminación de litoral de Badalona durante décadas. "Cuando el Consistorio de la época se dio cuenta de que la empresa adjudicataria del derribo de la planta tiró material contaminado en la zona donde había que ampliar el puerto, paró estos vertidos", señala el alcalde de Sant Carles, Miquel Alonso (PSC). Sin embargo, entre 8 y 10 camiones con material tóxico ya se habían depositado en las aguas del puerto, en una zona en la que se pretendía ganar terreno al mar. "Teníamos licencia del Departamento de Política Territorial para depositar ahí desechos limpios", recuerda Alonso, quien atribuye a este error los más de 1.000 metros cuadrados que hoy están catalogados por la Agencia Catalana de Residuos como suelo contaminado.
Entre los años 1996 y 1997 el Ayuntamiento de Sant Carles de la Ràpita lo gobernaba CiU.
El resto de material proveniente del derribo de la antigua planta de Ercros recibió el tratamiento que merecen los residuos contaminados, asegura el alcalde, y añade que toneladas vertidas sin control -aún está por determinar la cantidad exacta- de residuos tóxicos jamás han comportado que los análisis periódicos de la calidad del agua hayan arrojado resultados preocupantes.
De hecho, el Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA, en sus siglas en catalán), dependiente del Departamento de Agricultura, realiza mediciones constantes de la calidad del agua en esta zona, muy próxima a las granjas de producción de mejillones del delta del Ebro, en la bahía de los Alfacs. Uno de estos análisis, realizado durante la pasada primavera, detectó mercurio, plomo, pirita, arsénico, selenio y radón, lo cual precipitó la declaración de suelo contaminado y la prohibición de pescar o mariscar en un perímetro delimitado cercano al depósito de desechos.
El Consistorio se muestra convencido de que si el 20 de enero pasado no hubieran comenzado las obras de reforma del puerto -que suponen la construcción de más de 1.000 amarres deportivos y una zona comercial con un presupuesto de 20 millones de euros-, la contaminación nunca hubiera aflorado. Al remover las piedras y la tierra contaminada, proveniente de las paredes derruidas de la antigua planta de fertilizantes, los contaminantes se habrían extendido por la zona, y se dejaron notar en los análisis.
Política Territorial aseguró ayer que antes de que acabe este mes estará listo un proyecto de descontaminación que debe restituir las aguas del puerto a su estado original. Antoni Sabaté, director de los servicios territoriales del departamento en las comarcas del Ebro, añadió que sobre la mesa de la Administración catalana, hoy por hoy, no está el buscar responsabilidades sobre el origen del vertido contaminante.
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