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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

La "Controversia de Valladolid"

El artículo de Ramin Jahanbegloo Europa y el islam, publicado en su edición del miércoles 29 de agosto, encuentro que es tendencioso ya que, después de realizar una larga introducción refiriéndose a la llamada "Controversia de Valladolid", termina relacionándola a la situación de Europa y el islam preguntándose quién será el responsable de juzgar a quién.

La "Controversia de Valladolid" es el nombre que recibió la discusión mantenida por fray Bartolomé de las Casas (defensor de los pueblos indígenas) y Esteban Ginés de Sepúlveda (partidario de usar la fuerza para someter a dichos pueblos) en 1542. Los resultados escoraron hacia Sepúlveda. No se debe olvidar que De las Casas se destacó por sus denuncias de los excesos que cometieron algunos de los conquistadores en tierras de América, pero no precisamente por su pensamiento.

El autor del artículo no menciona en ningún momento a fray Francisco de Vitoria (Burgos, 1483-Salamanca, 1546), piedra miliar en la discusión que se desarrollaba entonces en España sobre los indígenas que habitaban las nuevas tierras. Vitoria tuvo que desarmar, pieza por pieza, todo el pensamiento de Aristóteles sobre los pueblos "naturalmente esclavos", y posteriormente hizo lo mismo con las ideas de santo Tomás de Aquino, que le había dado una pincelada de cristianismo a las mismas ideas del filósofo griego. Fue Vitoria quien gritó, en presencia del emperador Carlos V: "Trátenlos como seres humanos, porque ellos también tienen alma", refiriéndose a los indígenas.

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Quizá habría que llevar adelante un aggiornamento de cinco siglos, es verdad, releyendo de nuevo -o leyendo por primera vez- dos obras monumentales de Francisco de Vitoria: De Indis (1539) y De iure belli (1539), para entender que hubo alguien que le dio solución a aquella "controversia".

De acuerdo con el artículo que ya mencioné, el lector termina con la sensación de que España (y todo el resto de Europa también) no pudo solucionar el problema de si los indígenas tenían alma o no, cuando hubo gente que sí le dio una respuesta clara, precisa y, sobre todo, de un gran rigor intelectual.

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