Todos dicen ser inocentes
Los tres anticuarios sevillanos y el marchante húngaro detenidos hace 10 días en Múnich declaran ante el juez, que los pone en libertad sin fianza
Todos dicen estar limpios. Todos aseguran no saber nada de contrabando de piezas arqueológicas expoliadas. Incluso niegan conocerse, como cree la policía. El marchante húngaro-británico William Peres y los tres anticuarios detenidos en Sevilla por presunto tráfico de arte griego y romano rechazaron ayer los hechos que se les imputan. Lo hicieron ante el titular del juzgado número 2 de Marchena (Sevilla), que los dejó a todos en libertad sin fianza, a la espera del auto de procesamiento.
La noticia trascendió el jueves. La Guardia Civil había detenido a los dueños de una de las firmas de arqueología más prestigiosas de España: tres generaciones de la familia Bernáldez -abuelo, padre e hijo-, acusados de blanquear piezas expoliadas con la colaboración de Peres, de 54 años, quien les proporcionaba facturas falsas. Con esta documentación, los comerciantes sevillanos solicitaban al Ministerio de Cultura permisos de exportación o para acudir a ferias internacionales. Las operaciones no levantaban sospechas de los funcionarios ante la apariencia de legalidad de las piezas que, en realidad, tenían una procedencia presuntamente ilícita.
La estatua de Dioniso y el atleta fueron adquiridos ilícitamente, según la Guardia Civil
Los agentes abortaron un envío que los anticuarios intentaron desde Sevilla
El abogado de William Peres, Miguel Gómez de la Rosa, informó ayer a este periódico de que su cliente negó en su declaración haber "trabajado" con los tres anticuarios sevillanos, a los que dijo conocer únicamente por su prestigio en los campos de la arqueología y la numismática. El letrado negó también que les facilitara las facturas y la documentación falsa internacional con la que supuestamente blanquearon estas piezas, e incluso aseguró que su cliente nunca había visto y que desconocía las piezas decomisadas por la Guardia Civil -esculturas, bustos, cabezas romanas, lámparas, cerámica, collares, medallas, mosaicos y vasijas-.
El letrado Gómez de la Rosa manifestó al juez una queja por la detención de su cliente hace 10 días en el aeropuerto de Múnich (Alemania) y que haya permanecido en una cárcel alemana todo este tiempo hasta que fue trasladado ayer a Sevilla. "Ha sido tremendo: 10 días detenido sin saber nada. Mi cliente está muy sorprendido por lo ocurrido cuando se trata de un experto de reconocido prestigio internacional en este mundo", dijo Gómez de la Rosa, quien es, a su vez, el letrado de otros 23 imputados en la Operación Tertis, en la que el Grupo de Patrimonio Histórico de la Guardia Civil detuvo el pasado mes de febrero a 55 personas e intervino más de 300.000 piezas arqueológicas.
Gracias a la documentación requisada en esta operación, la Guardia Civil se percató de que los anticuarios sevillanos de Félix e Hijo comerciaban con piezas supuestamente expoliadas y con documentación falsa.
Por su parte, estos tres anticuarios -Cesáreo Bernáldez Carvajal, de 74 años, conocido popularmente como Félix; su hijo Fernando Bernáldez Fernández, de 47 años, y su nieto A. Bernáldez, de 25- defendieron nuevamente ante el juez su inocencia y aportaron documentación que avalaría, según afirmó el pasado jueves Fernando Bernáldez, que no han traficado con piezas irregularmente y que actuaron "correctamente" y "dentro de la más estricta legalidad".
No opina lo mismo la Guardia Civil. Fuentes del instituto armado aseguraron ayer "sin duda alguna" que las dos piezas más grandes decomisadas -la estatua de Dioniso y la escultura del atleta- fueron adquiridas ilícitamente. Ambas han sido supuestamente expoliadas de yacimientos españoles, y los anticuarios sevillanos intentaron venderlas al Museo Arqueológico Nacional, dependiente del Ministerio de Cultura, por un millón de euros. El origen del resto del medio centenar de piezas incautadas lo determinará el Museo Nacional de Arqueología, adonde serán trasladadas las reliquias esta próxima semana.
En el transcurso de las investigaciones de la Operación Dioniso, la Guardia Civil abortó también un envío que estos anticuarios intentaron efectuar a través del aeropuerto de Sevilla. En un bidón de basura, perfectamente sellado, pretendieron exportar ilícitamente y sin declarar dos esculturas correspondientes a una Venus y a la cabeza de una diosa. Los compradores eran dos ciudadanos mexicanos que habían pagado días antes 100.000 euros por ambas piezas en España.
La operación, en la que se han efectuado cuatro registros -en tres comercios, propiedad de Félix e Hijo, y una vivienda particular-, sigue abierta para conocer el origen de las piezas expoliadas y sus posibles compradores.
Babelia
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