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Los arquitectos de Alicante condenan la "agresión patrimonial" en La Isleta

La oposición política denuncia el "desprecio" del PP al demoler este edificio emblemático

El derribo del edificio de La Isleta, que acometió el Ayuntamiento de Alicante el lunes por la noche, desató ayer las críticas del Colegio de Arquitectos, del PSPV-PSOE y de Esquerra Unida, que no dudaron en calificarlo como una "agresión más a la ciudad" y un "desprecio" al patrimonio cultural. Los arquitectos lamentaron que el Ayuntamiento no escuchara sus propuestas y añadieron estas decisiones convierten Alicante "en una ciudad despersonalizada". El PP defendió el derribo de este edificio, fuera de ordenamiento, del que nadie se ha ocupado en los últimos años.

El polémico edificio es un inmueble de planta baja situado en la glorieta rodeada de vegetación de acceso a la playa de La Albufereta de Alicante y proyectado en 1968 por el arquitecto Julio Ruiz Olmos. La Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento de Alicante recordó que este edificio estaba en situación irregular desde hace 36 años y que pese a recibir una licencia para despacho de helados y refrescos acabó albergando "todo tipo de negocios". "A nadie puede sorprender esta demolición, porque la llevamos anunciando hace tiempo", añadió la concejal de Urbanismo y alcaldesa en funciones, Sonia Castedo. La edil defendió que su estado de abandono "no es la mejor carta de presentación para los accesos" a las playas de la ciudad de Alicante y recordó que en 36 años "nadie se ha preocupado por él". El Consistorio prevé instalar en el espacio que ocupó el edificio una fuente y un grupo escultórico de Eusebio Sempere.

Pese a ello, la demolición levantó fuertes críticas del Colegio de Arquitectos de Alicante y de la oposición política. La vocal de Cultura del Colegio de Arquitectos, Lola Alonso, recordó que el colectivo "ha luchado" por rehabilitar el edificio pero no ha logrado ni siquiera que el Ayuntamiento se sentara con ellos para escuchar sus propuestas de ganar para uso público el recinto.

"El Ayuntamiento, una vez más, ha agredido la ciudad en vez de potenciar sus valores", aseguró la representante de los arquitectos. Alonso defendió que el edificio "ha servido para definir el carácter turístico de Alicante y es una muestra del estilo internacional". El Colegio de Arquitectos lamentó que con decisiones como ésta "se va perdiendo la riqueza de la ciudad".

El PSPV-PSOE también denunció la decisión. La portavoz adjunta del grupo municipal socialista en el Ayuntamiento de Alicante, Carmen Sánchez Brufal, consideró la demolición como "una demostración del desprecio del Partido Popular al patrimonio cultural y de la prepotencia con que actúa". Brufal consideró que el Consistorio debería haber ofrecido "otras alternativas a los vecinos de la zona que no fuera la estrategia de abandono del patrimonio arquitectónico de la ciudad". La portavoz adjunta socialista también acusó de "complicidad" a la Consejería de Cultura que al iniciar un expediente para declararlo Bien de Relevancia Local "debería haber paralizado cautelarmente cualquier actuación del Ayuntamiento sobre el citado edificio".

Esquerra Unida (EU) se sumó a las críticas y condenó el derribo del edificio "con nocturnidad y alevosía". El coordinador local de EU de Alicante, José Antonio Fernández Cabello, dijo que la decisión "unilateral" de la concejala de Urbanismo "no era imprescindible" y lamentó que ha "privado a la ciudad de una pieza importante de la arquitectura contemporánea".

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