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Reportaje:

Del 'crédito basura' a la letra del piso

Los expertos creen que los bancos endurecerán ahora las condiciones de las hipotecas

Manuel V. Gómez

Casey Serin es el caso más famoso de un cliente subprime en Estados Unidos. No lo es en balde. A sus 25 años, este blogger, que saltó a la fama a través de su bitácora ya cerrada www.iamfacingforeclosure.com y de la que se hicieron eco The Economist o USA Today, ha llevado al paroxismo el problema de la crisis hipotecaria al otro lado del Atlántico. Entre 2005 y 2006 compró como inversión ocho inmuebles con créditos ofreciendo garantías dudosas, en definitiva, recurriendo a hipotecas subprime o créditos basura, y acumuló deuda por 2,2 millones de dólares (1,6 millones de euros).

La deuda de Serin, como la de muchos otros estadounidenses (el mercado de las hipotecas subprime representa en la primera economía del mundo el 14% de los créditos por inmuebles), llegó al sistema financiero internacional a través de las titulaciones de crédito emitidas por las entidades hipotecarias que conceden este tipo de entidades. Estas titulaciones tenían como garantía las hipotecas subprime, y fueron adquiridas por los inversores institucionales -bancos, fondos de inversión y de alto riesgo (hegde funds)- etcétera. Eran más rentables que la renta fija tradicional (tanto corporativa como pública) y seguras, a tenor de las clasificaciones de las agencias de riesgo.

El Euríbor ha alcanzado esta semana su máximo nivel en dos años
Las entidades dejarán de financiar el 100% de los inmuebles y pedirán más garantías

Pero las subidas de los tipos de interés y el parón del mercado inmobiliario en Estados Unidos provocaron que los impagos comenzaran a crecer, durante el primer semestre un 58%.

Una vez las garantías de los títulos comienzan a venirse abajo, las entidades que los emiten no pueden afrontar sus obligaciones. Desde diciembre de 2006 hasta ahora, una treintena de entidades que conceden créditos de alto riesgo ha suspendido pagos.

Su pinchazo ha puesto en jaque a los mercados financieros de todo el mundo: desplomes bursátiles, inyecciones de capital por parte de los bancos centrales, falta de confianza entre los bancos y crisis de liquidez.

La pregunta que surge es si podría repetirse en España una situación como del mercado hipotecario estadounidense. "Aquí, y en Europa no hay concedidas hipotecas de alto riesgo", responde Josep Prats, director de análisis de Ahorro Corporación. El Banco de España sitúa en poco más de 1% los créditos de vivienda concedidos a clientes con pocas garantías. Y el nivel de impago se sitúa en el 0,4%, frente al 4% del mercado hipotecario estadounidense.

Sin embargo, la incertidumbre acerca de lo que va a pasar con las hipotecas en España, un país tan sensible a lo que suceda en este capítulo financiero, crece. La crisis de liquidez ha provocado que esta semana el Euríbor, el tipo de referencia para la mayor parte de hipotecas, suba hasta el 4,656%, un nivel desconocido desde mayo de 2001.

¿Se encarecerán más las hipotecas? Juan Ramón Caridad, de Atlas Capital, no cree que afecten negativamente. "La previsión es que no suba mucho el coste", afirma. Para él, la situación actual obligará a los bancos centrales a replantearse su política de aumento de los tipos de interés.

Esta opinión la comparte José Manuel Ruiz, de Analistas Financieros Internacionales (AFI). Para él, las tensiones a corto plazo pueden verse diluidas si los bancos centrales aplican una política monetaria correcta.

De momento, las medidas adoptadas el pasado viernes por la Reserva Federal y el reconocimiento de que la tormenta financiera podría afectar al crecimiento económico provocó la reacción al alza de los mercados ante la creencia de que anticipaba una próxima bajada de tipos de interés.

Sobre el Banco Central Europeo, Alejandro Varela, de Renta 4, opina: "Lo más probable es que abandone su política de tensionar tipos. No sería coherente con las inyecciones de dinero".

Tampoco Prats, de Ahorro Corporación, cree que las hipotecas se vayan a encarecer. Su opinión es que se van a endurecer las condiciones. La época de los créditos concedidos por todo el valor de la vivienda y con unas cuotas mensuales que suponen más de la mitad de los ingresos de una familia toca a su fin. Lo previsible pues, es que aumenten las entradas a la hora de comprar inmuebles y que las entidades financieras exijan más garantías sobre los ingresos.

Otra cosa será lo que suceda en el ámbito corporativo. "Los préstamos a empresas se han encarecido mucho", explica Juan Ramón Caridad. Una prueba de ello han sido las reestructuraciones de deudas que se han visto obligadas a realizar algunas inmobiliarias españolas como Colonial.

Las consecuencias ya han comenzado a atisbarse en la Bolsa los últimos días. A la incertidumbre por no saber las dimensiones reales del problema de las hipotecas subprime (cantidad de entidades afectadas y cuantía de lo invertido en ellas), se añade la creencia de que se ha acabado la época de las compras apalancadas, es decir, recurriendo a deuda. Lo que ha sido uno de los motores de los mercados de renta variable en los últimos años.

Muchos han sido los rumores sobre los posibles fracasos de operaciones corporativas en marcha. Una de las primeras compañías en notar estas turbulencias fue Iberia. Sus acciones cayeron por debajo de los tres euros la semana pasada por las especulaciones acerca del futuro de la oferta preliminar de British Airways y TPG hay sobre la mesa. El desmentido llegó por la vía de los hechos, el fondo tejano compró el grupo aéreo Midwest Air por 395 millones de dólares (290 millones de euros).

La opinión de los analistas es que las operaciones en marcha se cerrarán, pero a partir de ahora será más difícil. Para Prats, a partir de ahora habrá otra concepción del riesgo. "La compra apalancada será más difícil, ya que la volatilidad se ha elevado".

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Sobre la firma

Manuel V. Gómez
Es corresponsal en Bruselas. Ha desarrollado casi toda su carrera en la sección de Economía de EL PAÍS, donde se ha encargado entre 2008 y 2021 de seguir el mercado laboral español, el sistema de pensiones y el diálogo social. Licenciado en Historia por la Universitat de València, en 2006 cursó el master de periodismo UAM/EL PAÍS.

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