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Al PSOE no le salen las cuentas

La falta de apoyos en el Congreso amenaza los Presupuestos de Zapatero para 2008

Anabel Díez

Los últimos Presupuestos de la legislatura del Gobierno socialista, los de 2008, van a requerir un esfuerzo inusitado de diálogo para obtener el apoyo mínimo que permita su aprobación. La cercanía de las elecciones generales y las disputas del PSOE con sus socios nacionalistas y de izquierdas por la crisis de Navarra y la gestión del colapso de las infraestructuras en Cataluña obligarán al Grupo Socialista a hacer grandes concesiones tanto a IU-ICV como a los nacionalistas. Estos grupos no apoyarán al Gobierno si los Presupuestos no son más generosos en infraestructuras, políticas sociales y ambientales. La alianza de Coalición Canaria con el PP en el Gobierno de las islas, en detrimento de Juan Fernando López Aguilar, hace descartar el apoyo de los nacionalistas canarios.

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Aunque corresponde al Gobierno y, singularmente al vicepresidente económico, Pedro Solbes, elaborar los Presupuesto Generales del Estado para 2008, la tarea de conseguir su apoyo recae en el Grupo Parlamentario Socialista. Y en este afán está desde mayo, cuando empezó las conversaciones oficiosas con los grupos, interrumpidas a últimos de julio, para reanudarlas en septiembre.

El augurio no es pesimista, pero sí de enorme dificultad. A falta de un mes para que los Presupuestos lleguen al Congreso, los socialistas prevén que el acuerdo con sus socios habituales será difícil en unos casos, y muy difícil en otros. Tan sólo el PNV muestra "disposición" a apoyarlos, según reconoce el portavoz peneuvista, Josu Erkoreka. Izquierda Unida-ICV se sitúa "distante"; ERC, en contra, y CiU tiene todavía mucho que discutir antes de dar su opinión. Los socialistas necesitan al menos 12 votos para sumarlos los de sus 164 diputados. Les valdría con los del PNV (7) e IU (5) o con los del PNV y CiU (10). De no lograrlos, podría incluso prorrogar los actuales Presupuestos un año más.

Cuentas "no electoralistas"

Los socialistas han comenzado las reuniones con sus interlocutores llamándoles la atención sobre la certidumbre de que la economía está en un buen momento, y buscarán despejar incertidumbres con la aprobación de unos Presupuestos "no electoralistas". Las medidas de ese corte vendrán más adelante, en el programa electoral, según fuentes de la dirección socialista. Pero la cercanía de las elecciones pesará sobremanera en la actitud de todos sus interlocutores. También la presión interna que soportan los dirigentes de la mayoría de los partidos, cuyas bases les piden el distanciamiento con el PSOE.

Así las cosas, el PSOE se prepara a hacer amplias concesiones en las demandas de los grupos sobre políticas sociales y ambientales, que es por donde vendrá la tensión y la presión. El otro gran bloque será enteramente catalán, agudizado por las deficiencias que estos días se han puesto de manifiesto en infraestructuras.

La negociación con los partidos catalanes será complicada porque entra en juego el Gobierno de la Generalitat, formado por los propios compañeros socialistas, ERC e ICV y "azuzados por CiU, presta a denunciar al Gobierno central y al tripartito". "Habrá que negociar con el PSC, con ICV, con ERC, con CiU y con el Gobierno de Cataluña", admiten las fuentes socialistas con el ánimo de resaltar la dificultad sólo del "apartado catalán".

La negociación de los Presupuestos irá en paralelo a la del Gobierno con la Generalitat sobre las inversiones en Cataluña, derivadas del nuevo Estatuto, que obliga a invertir allí durante siete años el 18,8% del total estatal, el equivalente al peso de la economía catalana. ERC no tiene inconveniente en reconocer que ambas están condicionadas.

La soledad de Magdalena Álvarez en su comparecencia en el Congreso el martes pasado, acosada por una amplia oposición, desde Esquerra al PP, demuestra la delicada situación de los socialistas y lo relevante que será la inversión en Cataluña. En el Congreso los grupos ya expusieron ante la ministra de Fomento su posición inicial respecto al debate presupuestario. Todos los grupos, salvo el socialista, el PNV y el BNG se pronunciaron contra el Gobierno y pidieron la dimisión de la ministra. 164 diputados a favor del Ejecutivo frente a 170 en contra, como recordó el portavoz del PP Jorge Fernández Díaz.

Allí, el diputado de ERC Joan Puig dedicó un buen rato de su intervención a retar a CiU para que eleve el listón de exigencia: "Si apoyan que haya más inversión en Cataluña lo veremos en los Presupuestos. El año pasado, nosotros presentamos una enmienda a la totalidad y ustedes los apoyaron. A ver qué hacen esta vez". El socio de los socialistas en Cataluña demostraba así que en las próximas cuentas del Estado hay mucho en juego, y especialmente tras el colapso de las infraestructuras en Cataluña. En la comparecencia, CiU, ERC e IU-ICV acusaron al Gobierno de mentir con las cifras y de incumplir la inversión aprobada en el Estatuto.

El diagnóstico de lo que puede ocurrir lo tienen ya los socialistas encargados de sacar adelante los Presupuestos, su portavoz parlamentario, Diego López Garrido, y sus adjuntos Teresa Cunillera y Francisco Fernández Marugán. Agustí Cerdá, de ERC; Josep Sánchez Llibre, de CiU; Gaspar Llamazares y Joan Herrera, de IU-ICV, y Pedro Azpiazu, del PNV, ya han sido sus interlocutores.

Antes que ellos, Solbes empezó la ronda para enmarcar las prioridades del Gobierno: investigación, desarrollo e innovación, educación, infraestructuras, vivienda, cooperación al desarrollo y políticas sociales. Estas últimas, con dos grandes capítulos: dinero para la Ley de Dependencia y subida de las pensiones mínimas.

Los 12 votos que necesita el PSOE parecen pocos, pero son muchos en relación con el precio que los grupos exigen para su apoyo. Llamazares, que ya ha advertido que la crisis de Navarra, donde los socialistas renunciaron a formar gobierno con IU y Nabai, pasará factura al PSOE, reclama más medios para políticas sociales, medioambiente y para los ayuntamientos. "No podemos apoyar unos Presupuestos que sean la asfixia de Cataluña", afirma el secretario general de ERC, Joan Puigcercós.

Las negociaciones de verdad se desarrollarán en septiembre. Y en ellas el PSOE también tendrá muy en cuenta a los partidos del Grupo Mixto, con los que mantiene, mayoritariamente, una relación estrecha: El BNG, Eusko Alkartasuna, Nafarroa Bai, Chunta Aragonesista, más los diputados de Coalición Canaria, de Nueva Canaria y el ex diputado del PP Joaquín Calomarde. Los socialistas no renuncian a ninguno de estos nueve votos, aunque el menos seguro podría ser el de NaBai, tras la negativa de Ferraz a formar Gobierno con ellos y con IU en Navarra facilitando la investidura al líder de la derecha, Miguel Sanz (UPN).

Mientras el PSOE trata de seducir a los grupos, Solbes se encontrará con otros duros negociadores: los ministros. Cada uno buscará conseguir para su departamento lo más posible. Hay un límite: 157.000 millones de euros, 9.600 millones más que el pasado año. De éstos, 1.500 millones están ya comprometidos con los 2.500 euros para cada niño nacido desde el 3 de julio. La medida ha levantado apoyos, pero también recelos. Llamazares sostiene que vigilará las partidas que irán para desarrollar la Ley de Dependencia, a su juicio más necesaria que la del cheque-bebé.

José Luis Rodríguez Zapatero y el vicepresidente segundo, Pedro Solbes, en el Congreso de los Diputados.
José Luis Rodríguez Zapatero y el vicepresidente segundo, Pedro Solbes, en el Congreso de los Diputados.LUIS MAGÁN

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Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

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