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La oposición argentina critica la "diplomacia paralela"

Jorge Marirrodriga

Mientras en Buenos Aires crecen las voces que exigen el esclarecimiento del episodio del maletín con 790.000 dólares (577.000 euros) hallado la semana pasada en un avión que llegaba de Venezuela, el Gobierno, por boca del jefe de Gabinete, Alberto Fernández, negó la existencia de una "diplomacia paralela".

Según la oposición, esta diplomacia formada por funcionarios de segunda fila y empresarios amigos -como los ocupantes de ese avión privado que voló de Buenos Aires desde Caracas-, está llevando a cabo operaciones al margen de los cauces oficiales. Destacadas personalidades van más lejos y quieren que el Gobierno se replantee su estrecha relación con Hugo Chávez, calificada ayer por el diario La Nación en un titular de portada como "anormal y peligrosa".

Ajeno a las críticas y considerando zanjada la crisis tras la destitución del funcionario responsable del control de concesiones viales, Claudio Uberti, el presidente Néstor Kirchner viajó ayer hasta Bolivia llevando a su lado a Exequiel Espinoza, presidente de la estatal Energía Argentina, SA (Enarsa), quien fletó y viajó en el polémico avión privado junto a un empresario venezolano que transportaba el dinero.

Pero la oposición argentina no está dispuesta a cerrar una cuestión con muchos flecos por resolver; entre otros, cómo es posible que una persona acusada de intentar penetrar con dinero negro en Argentina pudiera abandonar el país sin impedimento alguno y por el mismo aeropuerto donde cometió el delito.

Los entresijos del Gobierno

El ex ministro de Economía y candidato presidencial Roberto Lavagna acusó al Gobierno de llevar una "diplomacia paralela" con Venezuela y con España. Según Lavagna, Chávez y la petrolera Repsol son los interlocutores de un Gobierno argentino que deja en este caso de lado al Ministerio de Exteriores. Y aunque es un rival político lanzado en campaña electoral, también es cierto que Lavagna durante dos años fue el ministro más importante de Kirchner y conoce los entresijos del Gobierno.

Por ello, el jefe de Gabinete de Kirchner tuvo que salir ayer al paso de la acusación, aunque reconoció que los venezolanos de la petrolera PDVSA "tendrán que explicar" por qué pidieron a los argentinos que dejaran subir al avión a Guido Antonini, el hombre que cuando fue descubierto por los funcionarios de aduanas zanjó la situación con un "yo soy un soldado, cumplo instrucciones, pueden quedarse con el dinero".

Por su parte, la recién nacida investigación judicial ya ha comenzado a empantanarse. La magistrada encargada del caso renunció ayer después de que la Aduana argentina la acusara de ser la responsable de la huida de Antonini del país. Éste permanecía ayer en paradero desconocido, aunque posee propiedades en Miami, Montevideo y Caracas. Medios locales pudieron contactar por teléfono con él sin que revelara desde qué lugar hablaba.

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Sobre la firma

Jorge Marirrodriga
Doctor en Comunicación por la Universidad San Pablo CEU y licenciado en Periodismo por la Universidad de Navarra. Tras ejercer en Italia y Bélgica en 1996 se incorporó a EL PAÍS. Ha sido enviado especial a Kosovo, Gaza, Irak y Afganistán. Entre 2004 y 2008 fue corresponsal en Buenos Aires. Desde 2014 es editorialista especializado internacional.

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