Los topillos que huyen del fuego se ceban con el regadío
Mientras varios pueblos de Castilla y León iniciaron ayer la quema de sus parcelas infestadas de topillos, en Fresno el Viejo (Valladolid) se observan ya los resultados de esta práctica: muchos roedores se han salvado del fuego refugiados en sus madrigueras, y por la noche salieron y se fueron hacia los regadíos colindantes.
En las trampas de agua se han recogido el doble de cadáveres que en días anteriores y las primeras eras de remolachas están devoradas. Si la plaga persiste en septiembre, al inicio de la siembra, los agricultores se plantean pedir la declaración de zona catastrófica.
Tras las primeras quemas, los roedores salieron de sus galerías subterráneas como si nada hubiera pasado y se fueron hacia las cunetas a comer la cebada envenenada. "Han comido mucho veneno porque algunos tubos con la cebada estaban vacíos, pero habrá que ver si eso les mata. También han sacado semillas y espigas de las huras, es posible que todo esto indique que se les acaba el alimento guardado", explicó ayer el alcalde de Fresno el Viejo, Ángel Luis Navarro.
Visto lo visto, los agricultores de este pueblo vallisoletano ayer renunciaron a prender las cunetas y los cortafuegos abiertos a la espera de que los topillos agoten el alimento que puedan tener guardado y salgan, ya en masa, hacia esas zonas. Sólo entonces, volverán a quemar.
La consejera de Agricultura de la Junta, Silvia Clemente, insistió en que las quemas están pensadas para acabar con el alimento de los topillos. Pero ellos lo buscarán más allá, en los regadíos de patatas y remolachas, aún por recoger, que están sufriendo ahora mayores ataques.
Aunque los agricultores no pierden la esperanza, el escepticismo continúa. "Si esto siguiera así a mediados de septiembre nos plantearemos pedir que declaren la zona como catastrófica", anuncia Navarro.
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