Alicantina historia líquida
La historia no solo se lee en los libros, también en el vino. Especialmente en el Fondillón de Alicante. De la misma manera que el Volga es historia liquida para los eslavos, el Fondillón es memoria viva de Alicante. Si haces una tertulia con Primitivo Quiles, de 77 años y de espíritu vivo y joven, te cuenta entre copa y copa de Fondillón sus crónicas, como aquella de un francés que con admirada envidia hablaba del prestigio y la alta cotización económica de sus vinos, diciendo que toda la explanada de Alicante se podía empedrar de duros de plata gracias a la exportación de sus tintos y Fondillones. Todo, en un valencià fino, elegante y de armoniosa melodía, como solo se habla en el sur del País.
Fondillón Quiles Solera 1948
Tipo: Fondillón 16º
Bodega: Primitivo Quiles. Monòver (Alicante). 965 470 099
Primitivo Quiles se ha juramentado con la monastrell, y sus vinos llevan el sello de la excelencia y la tradición mas viva. Prueben la magnificencia del Gran Imperial (vino dulce-añejo de postres) y el clasicismo del tinto de crianza del Raspay, verán la luz además de la felicidad. Esta bodega anclada en el tiempo es un patrimonio histórico. Destaca en ella su Fondillón, que ha obtenido altísimas puntuaciones en las mejores guías y gurús. Primitivo cuenta, cuando su padre llevaba la bodega, que venían los corredores a venderle un vino que no tenía mercado, diciéndole ¡taste aixó Don Primitivo, es Fondellol! En la recuperación del Fondillón, las aldeas y pedanías de Monòver (que tiene un hermoso termino municipal) han jugado un papel fundamental. Parte de esa memoria se guarda ahora en las bodegas de Primitivo Quiles, en sus viejos toneles, donde la solera de 1948 reposa viva, dando en cada "saca" (no se hace todos los años) unas pocas botellas. La que he catado es la nº 954 de 3.000, de la "saca" del 2.005. Es magnífico gracias a su color clarete rancio de tonos rojizos como el Jordán. Tiene aroma a café y tabaco de Virginia, y su sabor es de frutos secos y especias. Un gran vino para disfrutar como un squire (clásico caballero rural inglés) que es al fin y al cabo lo que es este gran vinatero.
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