Anulada la pena de muerte contra las enfermeras búlgaras en Libia
El Alto Consejo de Justicia de Libia conmutó la pena de muerte por la cadena perpetua para las cinco enfermeras búlgaras y el médico palestino acusados de contaminar con el virus del sida a 426 niños libios. Los condenados podrán ser trasladados a Bulgaria según los acuerdos de extradición.
Antes de la decisión de la más alta instancia judicial libia, las familias de los niños afectados confirmaron, tras recibir millonarias indemnizaciones, su renuncia a la pena de muerte emitida por el Tribunal Supremo de Libia contra las cinco enfermeras búlgaras y el médico palestino.
Un portavoz de los padres de los 426 niños infectados (de los que 56 ya han muerto) en el hospital Al-Fateh de Bengazi, anunció a la prensa en Trípoli que, tras haber recibido una indemnización de un millón de dólares por familia (720.000 euros), éstas retiran su exigencia de que los cooperantes sean castigados con la pena capital.
La conmutación de la pena de muerte fue bien recibida por Bulgaria. El ministro de Exteriores, Ivaïlo Kalfine, calificó la decisión como "un gran paso en la dirección correcta", aunque afirmó que para Sofía el caso no estaría cerrado hasta que las enfermeras regresen a Bulgaria. También la UE y EE UU expresaron su satisfacción por el desenlace.
Un portavoz de la Fundación Gaddafi, que ha mediado con los padres, confirmó que todas las familias recibieron la indemnización a cargo del fondo internacional de ayuda creado en 2005 para ayudar a Libia a combatir el sida. El fondo ha sido dotado colectivamente por Bulgaria, Libia y varios países europeos, con el apoyo de la UE y EE UU. Los abogados de los acusados consideraban que la decisión de las familias de retirar la petición de pena de muerte sería fundamental para que sus defendidos evitaran el pelotón de fusilamiento.
En prisión desde 1999
Las cinco enfermeras y el médico permanecen encarcelados desde 1999, cuando fueron detenidos junto a otros 13 trabajadores búlgaros, estos últimos liberados poco después. Desde el principio del proceso, los seis acusados afirmaron que sus confesiones iniciales, en las que se autoinculpaban, fueron logradas tras ser torturados.
El largo periplo de los acusados por los tribunales libios comenzó en el año 2000. La primera sentencia de una corte en Trípoli condenaba a los sanitarios a morir ante un pelotón de fusilamiento libio, pese a las protestas de Bulgaria, que acusó al país africano de perpetrar un juicio político, y la condena de Amnistía Internacional, que denunció "múltiples irregularidades antes de celebrar el juicio". La sentencia de muerte se repitió en los procesos de 2004 y 2006.
Luc Montagnier, el investigador francés que identificó por primera vez el virus del sida, se trasladó en 2003 a Libia para analizar el caso. Su informe considera que la infección de los niños se produjo de forma accidental por las pésimas condiciones de higiene del hospital de Bengazi.
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