Greenpeace denuncia que las aguas del Mediterráneo son las más contaminadas del mundo
Los tripulantes del Rainbow Warrior (Guerrero del Arcoiris) plantearon ayer la que, de momento, es su última batalla. Son los activistas de la ONG Greenpeace, que presentaron un estudio sobre la contaminación que causan los plásticos en los océanos. El análisis revela que los fondos del Mediterráneo son los más sucios de todo el Planeta. Y especialmente los de la zona noroccidental, la que baña España, Francia e Italia.
Este estudio se enmarca dentro de la campaña Recuperemos el Mediterráneo que lleva a cabo la organización desde el pasado 14 de mayo. Entonces, iniciaron el recorrido en Malta, donde protestaron por la "sobrepesca del atún rojo y la falta de control legal sobre esta práctica", comenta Sebastián Losada, director de la campaña de océanos. La siguiente escala fue en el Golfo de Corinto, en Grecia, donde tomaron muestras de agua para demostrar la contaminación de sus aguas.
La siguiente parada fue España, que actualmente es el foco de sus actividades. Tras denunciar la ilegalidad del hotel Algarrobico, de Almería, la semana pasada, ayer llegaron a Barcelona. En la capital catalana, Greenpeace, denunció en rueda de prensa que cada año van a parar a los océanos 6,4 millones de toneladas de basura, de las que la mayor parte son plásticos. Los del Mediterráneo son los fondos marinos que presentan el mayor índice de contaminación, con 1.935 unidades por kilómetro cuadrado, aseguró Mario Rodríguez, director de campañas de Greenpeace.
Esta conclusión se desprende de los datos obtenidos por científicos de la ONG entre 1990 y 2005. La contaminación se acumula como consecuencia de la larga vida de este tipo de residuos (alrededor de 450 años). Sebastián Losada advirtió de la falsa sensación de limpieza que dan las playas durante el verano: "La auténtica realidad se puede ver de septiembre a mayo", sentenció.
Greenpeace continuará hasta agosto con sus acciones de denuncia en las costas españolas, y posteriormente partirá hacia Francia e Italia para seguir dando la batalla ecológica.
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