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Reportaje:

Paleolítico cercado por una cantera

La cueva de Praileaitz I y su entorno están pendientes de que el Gobierno vasco establezca su grado definitivo de protección

Hace unos 15.500 años, en el Paleolítico Superior, un personaje especial pudo ocupar con fines rituales la cueva de Praileaitz I, enclavada en el municipio guipuzcoano de Deba, según aventuran los investigadores de la Sociedad de Ciencias Aranzadi. Ese personaje, quizás un chamán, poco podía imaginar que muchos siglos después la gruta iba a quedar en medio de una cantera en plena actividad y que sus descendientes se iban a enzarzar en una discusión por la conservación del enclave. Allí se han hallado pinturas rupestres, lápices de ocre, azagayas y colgantes, estos últimos considerados entre los más significativos de Europa en su género.

La caverna fue descubierta en 1983 por Munibe, un grupo de exploradores aficionados colaborador de Aranzadi. Para entonces ya funcionaba la cantera Sasiola, abierta hace 32 años por la familia Aperribai. En 1997, el Gobierno vasco declaró la cueva zona de presunción arqueológica, lo que obliga a realizar prospecciones antes de intervenir de manera irreparable. En 2000, financiada por la Diputación de Guipúzcoa y la empresa, Aranzadi inició la excavación de la gruta. Un año después descubrió los primeros colgantes magdalenienses.

Deba y Aranzadi piden la suspensión cautelar de la actividad de la empresa para evitar males irreparables

Los hallazgos continuaron en los meses posteriores, aunque la Diputación no los hizo públicos hasta 2005. "Nos mantuvimos en silencio por seguridad, para evitar la presencia de furtivos", sostiene el director foral de Cultura, Imanol Agote, frente a las críticas de falta de transparencia que le vienen lanzando varias asociaciones culturales de Deba. En noviembre de ese mismo año, "ante la importancia de los descubrimientos", la institución foral solicitó al Gobierno la protección de la cueva.

Las excavaciones prosiguieron y en agosto de 2006 afloraron pinturas rupestres. Este tipo de hallazgos obliga al Ejecutivo vasco a proteger la cueva. El Departamento de Cultura la catalogó de manera provisional como Bien Cultural Calificado, estableció la prohibición de realizar voladuras a menos de cien metros de la entrada de la gruta y abrió un periodo de alegaciones.

En base a un informe encargado a una ingeniería sobre las afecciones de las voladuras, la Diputación comunicó el pasado febrero al Gobierno que éstas deberían realizarse a una distancia mínima de 150 metros respecto al lugar donde están las pinturas, a fin de lograr un nivel de seguridad "adecuado". Aseguró que la cueva estaba "excelentemente conservada" y defendió que era "compatible" con la cantera, explotada desde hace cuatro años por la constructora Amenábar.

Por el contrario, la Asociación Praileaitzen Lagunak, creada a principios de este año y respaldada por personalidades de la cultura como el escultor Koldobika Jauregi o el escritor Anjel Lertxundi, fue más allá y reclamó la protección tanto de la cueva como de su entorno. A la espera de la resolución definitiva del Gobierno, esa petición conllevaba la paralización cautelar de la cantera, algo que la asociación no ha logrado.

Aranzadi tomó postura en mayo. Concluyó que es "imprescindible" conservar el entorno natural de Praileaitz I, manteniendo la ladera en la que se encuentra la cueva. Considera que las labores de explotación de la cantera, principalmente en la ladera en la que se halla la gruta, "están eliminando día a día de forma irreversible este entorno ricamente humanizado a lo largo de varios milenios durante el Paleolítico Superior". Por eso, solicitó a las instituciones que tomen "en breve" las medidas necesarias para evitar "actuaciones irreversibles". Y propuso crear una especie de parque arqueológico en el Bajo Deba que ponga en valor tanto Praileaitz I como el resto de cuevas de la misma época halladas en la comarca.

El pleno del Ayuntamiento de Deba aprobó el jueves una moción en la que suscribe la propuesta de Aranzadi e insta al Gobierno a proteger la cueva y su entorno y a suspender cautelarmente los trabajos en la ladera.

La Diputación aboga ahora por una solución integral, que incluya la protección de la gruta y su entorno, pero también que garantice la actividad de la cantera. Para ello cree que lo ideal sería ofrecer a Amenábar una permuta bien en el área de Sasieta o en otro lugar. Los departamentos de Cultura e Industria están analizando esta posibilidad.

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