_
_
_
_
Reportaje:

Pasqual se cita con Goldoni entre góndolas y máscaras

El director catalán ensaya en Venecia con actores italianos 'La famiglia dell'antiquario', que se verá en el festival Grec de Barcelona

Jacinto Antón

La Serenísima no está precisamente estos días desprovista de extraordinarios acontecimientos. Una exposición de la bienal -Artempo- exhibe una cabeza de maorí y una sirena, tropas de heavys llegadas para el festival de rock en el parque San Giuliano han sitiado la laguna como otrora hicieran los austriacos (¡qué hubiera pensado Ruskin de los Iron Maiden!) y un violador vestido de ninja recorre las calles en las que aún se escucha el eco de los pasos del voluptuoso Casanova (ha sido detenido un ex militar ruso en relación con el caso). En esta Venecia enloquecida, con atascos de góndolas y gondoleros que hablan por el móvil sin perder su actitud de modelos de Gentile Bellini, donde los mosquitos causan más estragos que las flechas en el Sebastiano de Mantegna y la piel se te arruga por efecto de la humedad y el sudor -aunque no tanto como la del pobre Bragadino, el almirante desollado por los turcos y cuyo pellejo recuperado, cuidadosamente doblado, se guarda en San Zanipolo-, Lluís Pasqual se ha citado con Carlo Goldoni.

Hacer Goldoni en Venecia, ¡casi nada! Del prestigio de nuestro Pasqual por estas tierras (o aguas) da fe el que se haya encomendado aquí a un extranjero como él la dirección de una obra del autor veneciano por antonomasia, y de una muy poco escenificada, La famiglia dell'antiquario (estrenada en el teatro Sant'Angelo durante el carnaval de 1750). Esperan mucho de Pasqual, que "galline no la vol, che no ghe fazza el vovo", como dice el personaje de Truffaldino en otro Goldoni, L'umo di mondo. El montaje, producción del Teatro Stabile del Veneto y del Teatro Stabile de Génova, se estrenará el 18 de julio en el marco de la Biennale de teatro y se verá en el festival Grec de Barcelona (teatro Romea) del 26 al 29 de ese mes.

El director catalán ensaya estos días en el teatro Carlo Goldoni a su apasionada y minuciosa manera y los curtidos e inicialmente recelosos actores vénetos se le están rindiendo sin condiciones. La famiglia dell'antiquario es una comedia deliciosa con varios temas, uno de los cuales, el central, no pasa de moda: el enfrentamiento entre una suegra -la contessa Isabella- y su nuera -Doralice, hija del comerciante Pantalone-. La marcha dialéctica que se dan ambas, empeñadas cada una en ser la padrona, en hacerse con el poder en la casa, resulta sabrosísima e incluye juego sucio y golpes bajos. Una divertidísima zarabanda de ultrajes e insultos ("esempio della constanza femminile nell'odio", dice Goldoni en el prólogo). Empiezan discutiendo, siguen discutiendo y acaban discutiendo, pues la obra tiene un final abierto, sin resolución (el propio Goldoni, forzado a escribir otros finales, confesó que le parecían falsos, que el tema no tenía arreglo, vamos). Alrededor de las dos mujeres de armas tomar giran el señor de la casa -el anticuario, el conde Anselmo (más bien un coleccionista), que está arruinado- y su hijo, el contessino Giacinto, marido perplejo de Doralice; y los viejos personajes, las máscaras, de la Commedia dell'arte, Arlecchino, Brighella, Colombina (que todo lo lían con sus enredos y pillerías).

En esa bombonera que es el teatro Goldoni, tan ornamentado y azucarado que parece un recortable, Pasqual está esta tarde pespunteando escenas con virtuosismo de costurera de encaje. Es maravilloso verlo. Acompaña a los actores, indica gestos y pasos, mima, señala, interrumpe, se les pega como una sombra ¡y hasta les habla en dialecto veneciano! A Pasqual le encanta la ligereza espumeante de la obra, su forma de captar a la vez lo veneciano y lo universal.

"Es una obra muy curiosa, la primera mezcla de personajes reales y máscaras, como lo que supuso ¿Quién mató a Roger Rabbit? con su mix de actores reales y dibujos animados; al público de entonces le debía producir el mismo efecto", explica ronco y sonriente -Goldoni te pone feliz- en una pausa Pasqual, director con una larga relación con Venecia, aunque ésta es su primera dirección italiana. Pasqual propone un juego en su montaje que consiste en marcar las escenas con cambios de época, de suerte que la acción empieza en 1780 y acaba en 2007: en total son nueve épocas clave marcadas por el vestuario y la música (desde Vivaldi al rap pasando por un tango). La escenografía y el vestuario son creación de Ezio Frigerio y Franca Squarciapino.

Pasqual, que tiene en su trayectoria un anterior encuentro con Goldoni (sin góndolas: hizo en 1985 Une delle ultime sere di carnovale en el Teatre Lliure, un enorme éxito), relaciona el teatro del autor veneciano con el de Chéjov y sobre todo con la música de Mozart.

Pasión y razón, juventud y vejez son otras de las antinomias con que juega la obra. Y, claro, burguesía-nobleza. Pantalone es el antiguo tendero que se ha enriquecido y cuyo dinero sirve para mantener las formas de los arruinados nobles. Estamos, pues, ante una obra que anuncia los cambios que conducen a la revolución. "Dicho así suena grave, pero Goldoni lo dice con una liviandad, una sonrisa, que no lo parece en absoluto".

Tras los ensayos, émulo de Lorenzaccio, Pasqual se va a dar una vuelta por el Rialto, para la fotografía. En el muelle de las góndolas, en esta Venecia abarrotada, topamos con una boda. La novia y la suegra se sonríen. De momento.Suegra y nuera se enzarzan en una divertida zarabanda de ultrajes e insultos

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites
_

Sobre la firma

Jacinto Antón
Redactor de Cultura, colabora con la Cadena Ser y es autor de dos libros que reúnen sus crónicas. Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona y en Interpretación por el Institut del Teatre, trabajó en el Teatre Lliure. Primer Premio Nacional de Periodismo Cultural, protagonizó la serie de documentales de TVE 'El reportero de la historia'.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_