"Ver a un paciente sólo seis minutos conlleva un riesgo"
Juan Sánchez lleva como médico de Atención Primaria 34 años, la mayor parte de ellos en su actual destino el ambulatorio de Éibar. El viernes hizo huelga y puntualiza que no fue para pedir más dinero. "El dinero es importante, no lo vamos a negar ahora, pero hay otras razones más importantes: de organización, de carga de trabajo, de contar con una carrera profesional digna".
"La carrera profesional impuesta por Sanidad no ayuda a estimular a los médicos"
Sánchez ve una media de 29 pacientes al día y se considera afortunado por ello cuando se compara con otros compañeros. "Hay colegas que tienen que ver 35 e incluso 40 cuando están de turno de tarde. Es una barbaridad. En mi caso, el número de pacientes no es malo, pero a eso tienes que añadir los avisos que recibes para atender gente fuera del ambulatorio, las urgencias y la burocracia. Empiezo mi jornada a las ocho de la mañana y no levanto hasta las tres del mediodía, pero ni para tomar un café".
Esa dinámica lleva a abandonar aspectos como la autoformación, tan importante en el caso de los médicos. "No tengo tiempo", se queja. "Los médicos trabajamos con personas, no con tornillos. Por eso es muy importante disponer del tiempo suficiente para realizar un diagnóstico correcto. Con cinco o seis minutos como ocurre ahora no es suficiente y eso conlleva un riesgo. Como mínimo hay que dedicarle 10 minutos. Según algunos estudios, un médico de Primaria puede cometer una media de diez errores al año. Y alguno de ellos puede ser grave. Si te sientes agobiado por la presión asistencial, ese índice de errores puede subir". Sánchez propone que los médicos de Atención Primaria vean un máximo de 25 pacientes al día, lo que implicaría aumentar la plantilla de médicos de familia cerca de un 40%.
Desde su experiencia, Sánchez coincide con algunos de sus colegas que este es un momento "crítico" para el sistema. "Sin duda, Osakidetza está pasando por una de las peores situaciones de su historia. "Yo empecé con un cupo de 2.000 pacientes. Entonces (hace 34 años) prácticamente no había historia clínica. Los médicos lo hacíamos todo. Había que ver a 55 ó 60 pacientes por día". Pero todo eso cambió de forma radical con la instauración del nuevo sistema de Atención Primaria. "Todo se racionalizó durante finales de los 80 y la década de los 90", recuerda con agrado. "Los médicos pasamos en bloque al nuevo sistema y se notó para bien. Daba gusto. Todo era muy esperanzador". Sin embargo, desde hace diez años la situación "se ha deteriorado" para los facultativos. "El paciente no aprecia todavía el deterioro del sistema, no lo sufre de forma descarnada, pero el médico sí y con el sobreesfuerzo se van atajando las dificultades de la sobrecarga de trabajo".
Sánchez recurre a un ejemplo para reflejar la pérdida de calidad asistencial. "Hoy (por el pasado el miércoles) le he dado un volante a un paciente para que le vea el dermatólogo por una infección en la piel que se puede complicar. Le he calificado como preferente para que el especialista le trate rápido. Le han dado cita para el 12 de julio. Es posible que no se trata de una cuestión de vida o muerte, pero a mí me parece que es un botón de muestra de cómo funciona el sistema". La Atención Primaria es la puerta de entrada al resto del sistema. A partir de aquí se derivan los enfermos a las consultas de los especialistas o se resuelven directamente. Por eso, Sánchez advierte de que una Atención Primaria "masificada como la actual" hace que toda la cadena funcione mal. "Al final pueden acabar saturados los especialistas y las urgencias, colapsándose el conjunto del sistema".
"Mi sensación", apunta, "es que el Departamento de Sanidad y Osakidetza se han despreocupado completamente de los médicos. Y un ejemplo de ello es la carrera profesional que ha puesto en marcha la consejería. Se trata de una imposición que no contribuye a estimular a los profesionales".
La falta de inversiones y el hecho de que el crecimiento del presupuesto cada año sea meramente "vegetativo" ha contribuido a ir "parcheando" los problemas, pero sin atajarlos de una manera estructural. "Nos encontramos ante unos retos de gran magnitud: envejecimiento de la población, llegada de inmigrantes, una demanda que no cesa. Y frente a eso, se ha producido una falta de previsión. No se ha contratado más médicos y, en algunos casos, incluso se van fuera de la comunidad autónoma porque aquí no se les ofrece unas condiciones de trabajo lo suficientemente atractivas para ellos".
A pesar de todo, Sánchez asegura que hay tiempo de darle la vuelta a la situación y apagar las "luces de alarma que se han encedido".
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