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Reportaje:

Estallidos de color

El fotógrafo Pierre Bourseiller muestra en 100 imágenes su fascinación por los volcanes

Aurora Intxausti

Estallidos de lava, volcanes, glaciares o calderas burbujeantes son algunas de las imágenes que se han ido fijando en la retina de Pierre Bourseiller y que fueron captadas con su cámara en más de 50.000 fotografías. Cien de ellas se exhiben hasta el 12 de agosto en el Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid (José Abascal, 2).

La pasión de Bourseiller por los volcanes comenzó hace 12 años y durante este tiempo ha estado recorriendo los cinco continentes en busca de un estallido de lava desde el Pinatubo en Filipinas hasta el Teide en Tenerife. "La primera vez que escuché el rugido de la tierra me quedé tan impresionado que sentí la necesidad de estar lo más cerca posible. Durante 12 días no pude acercarme al cráter y permanecí a varios kilómetros, pero la lluvia de cenizas era tal que había jornadas que a las 12 del mediodía parecía de noche y empecé a trabajar sobre la población, sobre aquellos habitantes que conviven con la muerte de forma natural. Cuando me pude acercar al cráter el encuentro con el volcán fue como un flechazo. Una erupción sitúa al hombre en su verdadera proporción con respecto a la naturaleza. Sientes la respiración de la tierra". Bourseiller es capaz de capturar los colores más insospechados y las luces más sorprendentes de nuestra tierra.

No oculta su pasión y emoción cuando explica las fotografías, habla del hombre y de cómo los volcanes son capaces de permanecer dormidos durante cientos de años. "Mientras trabajas sólo piensas en la luz y que el helicóptero que se está acercando al volcán no termine entre las cenizas y es luego, cuando ves las imágenes, cuando te das cuenta de lo que tienes entre manos".

Habla Bourseiller de lo que inicialmente eran para él los volcanes. "Creía que todos eran iguales y me sorprendió descubrir a la población que habita en sus faldas. Te percatas de que lo que hay alrededor del volcán es siempre más rico. Te quedas enamorado de los colores, los olores y de la grandiosidad de la naturaleza es su estado más agresivo".

La exposición Los volcanes y los hombres, del fotógrafo Philippe Bourseiller, organizada por el Museo Nacional de Ciencias Naturales, la Fundación AXA Winterthur (patrocinadora de la exposición) y Lunwerg Editores, muestra una impresionante paleta de colores en la que aparecen ríos color turquesa, explosiones de lava y penachos de ceniza. Todas ellas cuentan los orígenes del mundo y a veces se asemejan cuadros abstractos o surrealistas. La exposición ofrece un panorama de las creencias, de las ceremonias, de las erupciones, de los volcanes del Japón al Vesubio, de la formación de placas a la diversidad de los magmas.

Ante esta explosión de color, el fotógrafo asegura que "en el mundo civilizado nos hemos ido alejando del contacto con la naturaleza. Hemos perdido muchas visiones, incluso las nociones de vida y muerte interrelacionadas. Escondemos la muerte. La naturaleza se ha convertido en producto comercial. En cambio, los que viven alrededor son capaces de lograr la riqueza que les aporta la tierra".

Bourseiller señala una de las imágenes de la exposición que impresiona y sobrecoge al espectador. La fotografía muestra un lago de 500 metros cuadrados de sosa calcificada. A escasos metros se ve otra imagen en la que aparecen unos hombres con los rostros cuarteados por el trabajo recogiendo azufre. "Las condiciones en las que desempeñan su trabajo estas personas son extremas. Recogen el producto por la noche y lo hacen carentes de protección a pesar de que los gases que emanan del volcán son tremendamente ácidos. Para ellos es importante porque ganan más dinero y porque son capaces de entrar en el dios". Bourseiller dice que él retrata sólo lo que ve y que el verdadero artista de su obra es "la naturaleza". Ahora se dedica ahora a fotografiar los bosques que "están desapareciendo a una velocidad vertiginosa. Antes la naturaleza se cernía sobre el hombre y ahora ocurre todo lo contrario".

Pierre Bourseiller, ante una de las fotografías de su exposición en Madrid.
Pierre Bourseiller, ante una de las fotografías de su exposición en Madrid.ULY MARTÍN
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Sobre la firma

Aurora Intxausti
Coordina la sección de Cultura de Madrid y escribe en EL PAÍS desde 1985. Cree que es difícil encontrar una ciudad más bonita que San Sebastián.

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