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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

A vista de microscopio

Antonio Elorza

La segunda parte de la biografía de Norberto Fuentes se centra en los años sesenta y atiende sobradamente a las expectativas suscitadas por la lectura de la primera. Si es que el lector tiene alma de maratoniano, claro, porque la oferta de Fuentes consiste esta vez en más de mil cuatrocientas tupidas páginas. La vida de Fidel es reconstruida con minuciosidad, mirada casi a través de un microscopio en el cual las lentes proceden tanto del conocimiento directo del autor respecto de su ex amigo como de la búsqueda de testimonios orales y fuentes de archivo. De ser veraz el relato, tal precisión sería tanto más de agradecer cuanto que se trata de los años cruciales para su vida política y para la propia historia de Cuba.

AUTOBIOGRAFIA DE FIDEL CASTRO II. El poder absoluto e insuficiente

Norberto Fuentes

Destino/Imago Mundi Barcelona, 2007

1.421 páginas. 30 euros

Tal y como ya indicamos en

la crítica a la primera entrega de esta obra, la de Norberto Fuentes es en gran medida la del seguroso, la del hombre situado como vigilante en el vértice de la pirámide del poder que consigna puntualmente en sus informes y en las notas para sí mismo cuanto sucede y quien interviene en lo que sucede. Este aspecto cobra aquí un sesgo positivo, ya que en la consolidación del poder por parte de Fidel a partir de enero de 1959 la dimensión correspondiente a la acción policial y a los servicios secretos resulta fundamental.

La imagen ofrecida del dictador responde a lo que ya otros autores han escrito: un hombre seguro de sí mismo, pero no de los demás, sean individuos u organizaciones, a los que instrumentaliza o destruye de acuerdo con los intereses propios, de manera implacable. Es a este respecto ilustrativo el capítulo sobre la introducción del partido comunista como viga maestra para construir el Estado dictatorial, al mismo tiempo que cuida en todo momento de mantener su preeminencia. En la visión de Fuentes, Fidel tenía claro el objetivo de edificar en Cuba una sociedad comunista, pero bajo su mando personal; de ahí la necesidad, llegado el caso, de descabezar al partido. En astucia y crueldad, César Borgia hubiera sido un aprendiz a su lado. Y el Che, alguien del que convenía prescindir. Así como hay otros muchos episodios en que el libro de Fuentes se limita a ampliar las imágenes ya conocidas, aquí abre el espacio para la polémica.

Casi al mismo tiempo que la de Norberto Fuentes, ha salido a las librerías, editada por Martínez Roca, otra biografía de Fidel, presentada como "definitiva". La ha escrito el periodista alemán Volker Skierke, y tiene interés por la utilización de las fuentes de la RDA, vinculadas a las de la URSS. Se trata en todo caso de la reedición a mayor formato del Fidel de Skierke, aparecido en 2002, ahora sin el prefacio y con un índice onomástico, algo que hubiese sido indispensable en la autobiografía escrita por Norberto Fuentes.

Fidel Castro y Norberto Fuentes, en octubre de 1986.
Fidel Castro y Norberto Fuentes, en octubre de 1986.

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