El peligro de convertirse en Disneylandia

A quien llega a Sevilla desde el aeropuerto le suele sorprender la estatua de un indio a caballo en la avenida de Kansas City. El indio da cuerpo a una costumbre muy arraigada en la capital: erigir estatuas. El gesto desafiante de Daoiz de no ponerse de rodillas ante el invasor francés, la grandeza universal de la música de Mozart o el ímpetu combativo del Cid han merecido bellas estatuas en la ciudad.

Sin embargo, desde hace algunos años proliferan los proyectos de estatuas dedicados a todo tipo de personajes, con sus secuelas de arbitrariedad, desorden y devaluación de los monumentos más vistosos. Al menos, ésta es la queja del delegado provincial de la Consejería de Cultura en Sevilla, Bernardo Bueno, que propone la creación de una comisión de expertos que ponga orden en esta situación. Bueno aboga por que sea el Ayuntamiento el que lleve las riendas de esta comisión, que serviría de filtro a las propuestas que llegan a Cultura.

"La Delegación Provincial de Cultura recibe periódicamente peticiones de poner estatuas. Son peticiones realizadas por hermandades de Semana Santa, colectivos, particulares...", detalla Bueno, que propone que "el Ayuntamiento cree una comisión para la ordenación del espacio público con unas normas a las que todos se atengan". "En muchas ocasiones, ni queda bien el sitio elegido para la estatua ni ésta es la adecuada. El Ayuntamiento podría asumir esta comisión como responsable del espacio público. Sería una comisión formada por pintores, escultores y otros especialistas. Esta comisión de expertos debería estar adscrita a la Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento. Así, cuando llegara un proyecto a la Comisión de Patrimonio, dependiente de la Consejería de Cultura, ésta tendría un informe previo de expertos", comenta Bueno.

El Ayuntamiento se muestra receptivo a la propuesta de Bueno. "Se va a proponer que dentro del Ayuntamiento se cree una comisión municipal de patrimonio y, entre otras funciones, tendrá la de velar sobre el tema de las solicitudes para autorizar monumentos", afirma una fuente de la Gerencia de Urbanismo. "Queremos ser un poco selectivos y tener los criterios adecuados. Cuando la nueva corporación tome posesión, seguro que se lleva adelante esta comisión municipal", agrega esta fuente de la Gerencia de Urbanismo.

Sebastián Chávez, coordinador de la Iniciativa Sevilla Abierta, opina que "toda esta corriente de construir estatuas está muy vinculada con asociaciones y grupos sociales muy relacionados con la Sevilla tradicional". "Se hace visible en forma de estatua una parte de Sevilla que no es la más representativa. En Sevilla hay más personajes que toreros y artistas del flamenco", indica el coordinador de la Iniciativa Sevilla Abierta, un foro que agrupa a centenares de personas que apuestan por la modernización de la ciudad. "Construir estatuas es una forma un poco caduca de reconocer la figura de alguien. Hay otras muchas maneras de tener un reconocimiento sin necesidad de recurrir a una estatua, que suena más al siglo XIX que al siglo XXI", dice Chávez.

Ángel Díaz del Río, decano-presidente del Colegio Oficial de Arquitectos de Sevilla, cree que "hay que intentar dar una viabilidad a este asunto, pero dimanante de un análisis". "Si realmente hay tanta proliferación, hay que hacer un debate más global y general. Crear una comisión que analice esa demanda me parece positivo porque las decisiones a tomar saldrán del debate", señala Díaz del Río.

Juan Fernández Lacomba, pintor y comisario de exposiciones, es partidario de que la colocación de las estatuas "sea controlada por el Ayuntamiento y la Delegación Provincial de Cultura en Sevilla". "Esta situación viene de la Expo de 1992. Ha habido una herencia que parecía decir que 'ancha es Castilla'. Controlar esto es un ejercicio de responsabilidad democrática de la gente que gobierna. Otra cosa sería optar por un populismo barato. No quiero que Sevilla se convierta en una Disneylandia en bronce", explica Fernández Lacomba.