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Sarkozy reclama un gobierno económico europeo

El presidente francés precisa en Bruselas que su prioridad es que se apruebe un "tratado simplificado" para la UE

El flamante presidente francés, Nicolas Sarkozy, sorprendió ayer con una nueva y ambiciosa iniciativa para "sacar a Europa de la parálisis". "Nuestro deseo", afirmó, "es dotar al Eurogrupo de un verdadero gobierno económico". El presidente francés anunció que la propuesta la presentará después de alcanzar un acuerdo sobre "un tratado simplificado", que para él constituye su prioridad absoluta para la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno que se celebrará en junio. Mantiene sus opiniones sobre el rechazo al ingreso de Turquía en la UE o sobre la independencia del Banco Central Europeo (BCE), pero todo esto queda aparcado hasta después de que se alcance un acuerdo sobre el Tratado.

"No creo que Turquía tenga un lugar en la Unión", manifestó Sarkozy en Bruselas

El presidente francés acudió ayer a Bruselas, tan sólo una semana después de su toma de posesión, en un gesto más para reforzar su fe europeísta, que ayer proclamó en repetidas ocasiones ante cientos de corresponsales de los Veintisiete países de la Unión Europea. El líder francés visitó a la canciller alemana, Angela Merkel, presidente de turno de la Unión Europea, el mismo día de su toma de posesión, y en la fotografía oficial aparece escoltado por las banderas de Francia y de la Unión. A pesar de esta notable gesticulación europeísta, las diferencias de fondo permanecen. "El encuentro con Merkel fue bien, pero tampoco fue una maravilla", señala una fuente comunitaria conocedora de la reunión. Merkel es desde marzo la referencia indiscutible para la familia europea.

Anoche Sarkozy tenía prevista una cena con el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, el vicepresidente Jacques Barrot y el comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Joaquín Almunia. Sería su primera reunión de trabajo con la Comisión.

Bruselas recibe al líder francés con los brazos abiertos, por "su fuerza y entusiasmo" para encontrar un acuerdo sobre un nuevo Tratado que se parezca lo máximo posible a la Constitución que no pudo prosperar tras los noes de Francia y Holanda en 2005. Sus buenas relaciones con Tony Blair son uno de sus mejores activos, y serán determinantes para convencer al Reino Unido, el país más reticente a aceptar el Tratado, que además se encontrará condicionado por su propio proceso electoral.

Con un lenguaje directo, claro y desenfadado, el presidente francés proclamó con contundencia que "un tratado simplificado es la única solución para sacar rápidamente a la UE de la parálisis". Subrayó que el "tratado no puede ser una nueva Constitución a la que los franceses dijeron que no". En esta línea subrayó que "su prioridad" era que la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno del 21 y 22 de junio sea "un éxito". "Y será un éxito", añadió, "si los Veintisiete se ponen de acuerdo sobre un tratado simplificado, con pocos artículos". El presidente francés, admitió que había cambiado su anterior expresión de minitratado por la de tratado simplificado tras sus conversaciones con Barroso. El jefe del Ejecutivo comunitario, que compartió la conferencia de prensa con el mandatario francés señaló que "un tratado simplificado" podía ser un equivalente a "tratado compacto" que mantuviera la sustancia de la Constitución.

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El mensaje fundamental de Francia es que todo queda supeditado al acuerdo de junio. Todo lo demás puede esperar, incluso sus ideas sobre Turquía. Sobre este espinoso asunto, Sarkozy precisó: "No he cambiado de opinión. No veo cómo se puede ser candidato con una opinión y presidente con otra, no creo que Turquía tenga un lugar en la Unión". Pero añadió que no plantearía "esta cuestión ahora". Barroso corrió a matizar que en cualquier caso "la UE continuaría las negociaciones de adhesión con Turquía".

Las iniciativas concretas de París sobre "el gobierno económico" de los países del euro se presentarán después de la cumbre de junio. Sarkozy quiso disipar inquietudes al asegurar que "no se trataba de poner en cuestión la independencia del BCE". Pero volvió a recordar sus posiciones sobre el banco central al señalar que "no sólo son los banqueros los que tienen una idea sobre la política monetaria".

En el campo económico mostró su disposición a "la apertura" en las negociaciones comerciales en el marco de la Organización Mundial de Comercio (OMC), pero siempre y cuando "Estados Unidos se abra también".

La idea de un desbloqueo "deprisa, muy deprisa" de la crisis institucional tras los noes de Francia y Holanda al Tratado Constitucional, había sido subrayada ayer por la mañana por el portavoz del Elíseo, David Martinon. El nuevo texto, que Francia aprobaría por vía parlamentaria, debe recoger el concepto de la doble mayoría (Estados y población) para las decisiones, una presidencia estable del Consejo europeo, la creación de un puesto de ministro de Exteriores europeo y la ampliación del campo de aplicación de la mayoría cualificada.

Sarkozy adopta una postura muy pragmática en todas sus exposiciones. Para el portavoz del Elíseo, los símbolos carecen en este momento de importancia. Por ejemplo, Sarkozy no insistirá en que la cuestión de la Carta de Derechos Fundamentales forme parte del tratado o se haga una remisión a la misma a través de un artículo.

El presidente francés, Nicolas Sarkozy (izquierda), y el de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, ayer en Bruselas.
El presidente francés, Nicolas Sarkozy (izquierda), y el de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, ayer en Bruselas.AP

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