"Hay que tener paciencia con Rusia"

John Negroponte, de 67 años, mano derecha de Condoleezza Rice en el Departamento de Estado, ha realizado recientemente una visita relámpago a Bruselas, terreno ajeno a su dilatada carrera política y diplomática, donde recibió a un pequeño grupo de corresponsales. "Estuve aquí en 1979 y en estos casi 30 años la implicación de la UE en todo el mundo se ha incrementado enormemente", dice como maravillándose de la novedad. Estados Unidos y la UE comparten ahora una relación complicada con Moscú. "Hay que tener paciencia con Rusia", señala quien es más conocido por su experiencia, no ajena a episodios sangrientos, en América Latina.

El subsecretario de Estado, que sólo lleva tres meses en el cargo, da cuenta de cómo ha realizado ya periplos por el noreste de Asia, África y América Latina. Con la afabilidad del diplomático profesional, siempre dispuesto a poner buena cara al mal tiempo, el subsecretario de Estado pasa sin alusiones sobre las protestas al grito de "¡Asesino!" con que fue recibido en América Latina por su historia como embajador en la Honduras de los escuadrones de la muerte y la guerra sucia de Ronald Reagan contra el sandinismo.

"La desaparición de Castro será una oportunidad para la democracia en Cuba"

"Tenemos una agenda positiva", responde a la pregunta de si Washington está inquieto por la evolución del continente, que en su último episodio presenta al Ecuador de Rafael Correa negándose a renovar la presencia militar estadounidense en la base aérea de Manta. "Hemos firmado un acuerdo de libre comercio con Colombia, Perú y Panamá y espero que sirvan de ejemplo a esos otros países

[que se alzan contra EE UU]".

Cuba sí merece un pronunciamiento. "La desaparición de Castro será una oportunidad para la libertad y la democracia en Cuba. Confiamos en que la comunidad internacional no acepte un simple traspaso de poder", dice. ¿Prefiere Washington una transición complicada en la isla? "No se debe aceptar prematuramente la idea del paso de Fidel a un régimen continuista. Sería un error consentirlo".

La mano izquierda y la diplomacia se las reserva Washington para el Kremlin. "Hay que tener paciencia con Rusia", apunta el subsecretario de Estado. "Puede que no sea una superpotencia, pero es un país muy importante que está en el Consejo de Seguridad, que tiene armas nucleares, que está mejor económicamente que hace unos años. No hay alternativa al diálogo, que no se puede abandonar porque haya altibajos", y usa la palabra "altibajos" en español, dando muestra de su conocimiento de la lengua de Cervantes.

Negroponte fue también embajador en la ONU, donde tomó posesión a la semana exacta del 11-S, de donde salió para hacer de virrey americano en Bagdad. Hombre de total confianza de George W. Bush, fue llamado a Washington para ser investido poco después como primer director de Inteligencia Nacional, encargado de coordinar todos los servicios de seguridad, antiterrorismo, espionaje y contraespionaje. Ocupó la posición hasta volver al Departamento de Estado el pasado febrero.

El paso de Tony Blair a la historia va de la mano de su intervención en Irak. Negroponte prefiere obviar el paralelismo con Bush. "La historia es para los historiadores. Pero no termina y no podemos parar. Con independencia de si fue buena idea o no hay que tratar la situación como es. Una retirada precipitada podría tener consecuencias desastrosas para Oriente Próximo y otras regiones, incluida Europa. Hay que crear un Irak estable que no se convierta en plataforma del terrorismo".

Negroponte no cree que Afganistán pueda convertirse en un nuevo Irak. "El país y el Gobierno de Kabul no están amenazados. Hay suficientes fuerzas militares. La situación puede ser controlada. Creemos que con un esfuerzo sostenido de ISAF

[la fuerza que comanda la OTAN], de la coalición internacional [que domina EE UU] y del Ejército afgano se puede abordar el problema de la actividad de los talibanes".

España y Alemania manifestaron la semana pasada su incomodidad con las víctimas civiles que produce la lucha con los talibanes. "Todos los países con tropas deben discutir normas y procedimientos de combate. Yo pediría prudencia en esta controversia", dice Negroponte.