El agitado viaje de la Universidad europea
El espacio común deberá superar la falta de financiación y las reformas superficiales en su recta final
La complejidad que conlleva que 45 países europeos se pongan de acuerdo para unificar sus sistemas universitarios resulta evidente, aunque sólo sea por la magnitud de las cifras. El objetivo es que las universidades del continente compitan con las mejores del mundo, sobre todo Estados Unidos y Japón, (sólo dos universidades de la UE están entre las 20 mejores del mundo), y que alumnos y graduados puedan moverse sin dificultades por toda Europa, sin necesidad de los interminables laberintos burocráticos que había que sortear hasta ahora.
Existe el peligro de que el título de grado se vea como algo que no sirve para nada por sí solo
Las principales guías de la reforma son hacer carreras divididas en tres ciclos (grado de tres o cuatro años, master de uno o dos y doctorado de tres o cuatro), una enseñanza centrada en el trabajo del alumno (dentro y fuera de clase) y no del profesor, y la creación de sistemas que aseguren la calidad de la educación recibida en cualquiera de los 45 países.
El objetivo es tenerlo todo en marcha en 2010. La reforma está prácticamente completada en la mitad de los países y en el resto está todo preparado para hacerla, según un estudio recién publicado por el instituto de información educativa de la UE (Eurydice). España es uno de los países que van más retrasados en la implantación efectiva de las nuevas estructuras, pero las previsiones son que las carreras de grado (de cuatro años, sustituirán a las actuales licenciaturas y diplomaturas
) se empiecen a ofrecer en el curso 2008-2009. Los masters y doctorados adaptados a Europa, sin embargo, ya se pueden cursar desde el año pasado. Este curso, la oferta supera los 800.
Los expertos aseguran que se está avanzando y que los progresos son importantes, pero no evitan señalar los obstáculos que aún quedan por superar. Sin duda, estas dificultades estarán sobre la mesa en el encuentro de los ministros de Educación de todos los países del espacio europeo que se celebra en Londres esta semana.
Para empezar, sólo un tercio de las universidades está recibiendo financiación extraordinaria para llevar a cabo la reforma, según un informe de la Asociación Europea de Universidad (EUA, en sus siglas en inglés), elaborado a través de encuestas a 908 universidades de todo el continente y 15 visitas a otros tantos campus de 10 países.
El estudio del Eurydice confirma este dato: sólo 10 países ofrecen incentivos económicos (Alemania, Francia o la República Checa, entre otros).
"Se trata de un círculo vicioso. Muchos Gobiernos dicen estar dispuestos a invertir más cuando se produzca la reforma, y las universidades contestan que no pueden hacer los cambios sin esa inversión previa. Hay que romper este círculo y, sobre todo, no aumentar los recursos sin más, sino invertir específicamente en el cambio", asegura el experto francés Guy Haug, involucrado directamente en la gestación de la convergencia europea desde la UE.
En España, la propuesta de revisión de la financiación de las universidades públicas presentada recientemente por el Consejo de Coordinación Universitaria pide 2.700 millones de euros extra de inversión en los próximos cinco años. De ese dinero, 800 millones estarían destinados a la adaptación al espacio europeo y los tendrían que aportar las comunidades autónomas. La propuesta se está debatiendo todavía.
Otro grupo de dificultades que señala el estudio de la EUA se refiere a que en muchas universidades se están haciendo cambios superficiales -"cosméticos", dicen en el informe-, pero que en el fondo lo que se enseña y la forma de hacerlo siguen siendo los mismos. Problemas de este tipo se han producido en países como Alemania o Italia. En España, este tipo de dificultades son las que pueden llegar en los próximos dos años, cuando se diseñen las nuevas titulaciones (lo harán las universidades a partir de unos criterios generales que les dará el Gobierno).
Por ejemplo, el texto se queja de que en muchos casos se ha encajado dentro del grado y el master lo que se enseñaba en las antiguas carreras de ciclo largo (cinco años). El peligro, asegura la asociación, es que el título de grado se perciba como algo que no sirve para nada en sí mismo, como un mero paso previo al master de especialización. La idea de la reforma, explican, es que el grado sea un título con entidad propia, válido para empezar a trabajar, y el master, un recurso de especialización al que se puede recurrir en cualquier momento de la vida, no necesariamente al terminar el grado.
Además, también señala el informe que muchas revisiones de los currículos no están teniendo en cuenta otro pilar fundamental de la reforma: una educación enfocada al alumno. La nueva estructura conlleva, sobre el papel, revisar la forma de enseñar, hasta ahora muy enfocada en las clases magistrales (el profesor habla y el alumno escucha). La idea es que la programación de las asignaturas se base mucho más en el trabajo del alumno, también fuera de clase: prácticas, trabajos en grupo o tutorías, por ejemplo.
A Guy Haug no le preocupan en exceso estas contrariedades. "Es absolutamente normal en un proceso tan complejo. Me parece que se trata de una respuesta provisional ya que, pasados unos años, serán los alumnos, los profesores y la sociedad en general quienes reclamen estos cambios. Será un proceso que tomará tiempo, que se irá construyendo mientras caminamos hacia él, y que requerirá diálogo entre los que están convencidos y los que aún tienen dudas", explica.
CALENDARIO EN ESPAÑA
Las nuevas carreras de Grado de cuatro años (que sustituyen a las diplomaturas y licenciaturas) se empezarán a ofrecer en el curso 2008-2009 y estarán generalizadas en 2012.
Los nuevos masters oficiales adaptados a Europa se pueden cursar desde el año pasado.
El suplemento europeo al título (certificado para moverse por el continente) es inmediato y gratuito en los masters. Lo será también en los futuros títulos de Grado. Por ahora, los licenciados desde 2004 tienen que solicitarlo y pagarlo.
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