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Putin rechaza rutas alternativas a Rusia para el gas

Pilar Bonet

El presidente de Rusia, Vladímir Putin, arrebató la iniciativa a los países europeos que buscan una ruta de suministro energético alternativa a Moscú, y viajó a Asia central para convencer a los líderes de Turkmenistán y Kazajistán de la conveniencia de seguir utilizando y ampliando conjuntamente la infraestructura de transporte que les une a Rusia.

En la ciudad de Turkmenbashí, el principal puerto turcomano del Caspio, Putin empleará hoy toda su fuerza de persuasión para convencer a sus colegas, el kazajo Nursultán Nazarbáyev, y el turcomano Gurbangulí Berdymujammédov, de que se sumen al desarrollo de una nueva ruta de transporte de hidrocarburos por Rusia que bordearía el Caspio por Turkmenistán y Kazajistán. De ser aceptado, este itinerario daría al traste con los planes, apoyados por EE UU y la UE, de construir conducciones para el transporte de hidrocarburos por el fondo de ese mar.

La visita de Putin a Asia central es un acontecimiento sin precedentes por su duración y programa. El periplo del líder ruso tiene por fin "impedir la construcción de conducciones de hidrocarburos al margen de Rusia", según escribía el diario ruso Kommersant. Tras la muerte del dictador turcomano Saparmurad Niyazov en diciembre, numerosos países occidentales han enviado a sus representantes a Turkmenistán con la esperanza de abrir una nueva fuente de aprovisionamiento de gas en aquel país. También han intentado convencer a Nazarbáyev de que apueste por las rutas alternativas.

La energía de Turkmenistán y Kazajistán fue el motivo dominante en la cumbre euroasiática que la UE celebró el pasado marzo en Astana con representantes de los cinco países de la Asia central pos-soviética. Los líderes europeos que se han distinguido por su actividad en la búsqueda de una ruta alternativa celebraban ayer una cumbre en Cracovia (Polonia). La cumbre, en la que, además de Polonia, participaban los dirigentes de Ucrania, Lituania, Georgia y Azerbaiyán, se vio disminuida por la ausencia del personaje clave, el kazajo Nursultán Nazarbáyev.

El gas de Turkmenistán resulta clave para Gazprom, el monopolio del gas ruso, que se enfrenta ahora a un estancamiento de la producción en Rusia y cumple sus compromisos internacionales de exportación, en buena medida gracias a la venta del gas turcomano.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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