El superhéroe, atrapado en la red de la piratería china
La tercera entrega de la saga Spiderman se ha visto atrapada en la tela de araña de la piratería china. Sony Pictures Entertainment ha aclarado que las copias de la película que ya circulan en el país asiático en DVD pirata, envueltas en una caja como Spiderman 3, son en realidad la aventura precedente del hombre araña: Spiderman 2.
Sony Pictures dice que ha investigado la noticia publicada esta semana en algunos medios, que señalan que el videodisco -cuyo envoltorio incluye una foto del nuevo traje negro que viste Tobey Maguire- está en las calles de Pekín por 80 céntimos de euro. "Contrariamente a las informaciones de que se están vendiendo copias robadas de Spiderman 3, nuestra investigación en China demuestra que no se ha producido ningún caso de piratería hasta la fecha", señala un comunicado de Sony, que añade que no han encontrado tampoco versiones piratas en Internet. La multinacional japonesa recuerda que no es la primera vez que se produce un engaño así antes del estreno de una superproducción.
La noticia sobre la difusión ilegal del filme ha provocado estupor en la industria, ya que, aunque fue estrenado mundialmente en Tokio a principios de mes, no llegará a los cines hasta el 4 de mayo. La circulación de copias antes de que una película se proyecte en los cines ha ocurrido antes en China. En ocasiones, son filmadas manualmente en salas, incluso se ven espectadores que cruzan delante de la pantalla o se oyen tosidos de la audiencia. Después, entran en el mercado ilegal de DVD de mejor calidad, en los que es frecuente que los subtítulos correspondan a otra película o sean incomprensibles porque parecen haber sido traducidos con un programa.
"¿Spiderman 3? No la tengo, pero en unos días llegará", decía ayer el empleado de una tienda del centro de Pekín, rodeado de los últimos títulos. Su local, como miles en toda China, ofrece abiertamente DVD falsos, ante la permisividad de las autoridades, que, sin embargo, aseguran que ha habido grandes avances en la lucha contra este fenómeno. Este mercado se ve alimentado por la escasez de estrenos de producciones extranjeras en los cines chinos y el alto precio de las entradas, que llega hasta 80 yuanes (ocho euros), el equivalente a tres días de trabajo de la camarera de un restaurante.
La amplitud de este comercio ilegal se ha convertido en uno de puntos de mayor fricción entre China y EE UU, que hace dos semanas presentó quejas formales contra Pekín ante la Organización Mundial de Comercio (OMC) por lo que considera continua infracción de los derechos de propiedad intelectual. China replica que es un país en vías de desarrollo, y que necesita tiempo para luchar contra este fraude, que, advierte, ocurre en otros lugares.
Babelia
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