Calatrava eleva el horizonte de Chicago con una 'aguja' de 610 metros de altura
El edificio 'Spire' ha sido finalmente aprobado por el Ayuntamiento de la ciudad
El ansia de los arquitectos por continuar su conquista de los cielos no se ha visto frenada por los atentados del 11 de septiembre contra las Torres Gemelas. Al contrario, tocar las nubes parece haberse convertido en una obsesión y, mientras en Nueva York despuntan rascacielos a un ritmo frenético, será un español el que firme en Chicago el edificio más alto de Estados Unidos.
The Chicago Spire (aguja) es el nombre de la torre de apartamentos de 150 pisos que el arquitecto valenciano Santiago Calatrava construirá a orillas del lago Michigan tras más de dos años de luchas con el Ayuntamiento de la ciudad para conseguir que su proyecto se aprobara.
La torre, que recuerda a un tornillo que se incrusta en el cielo, ha sufrido numerosos cambios desde su presentación en el año 2005, pero el pasado jueves la Comisión arquitectónica de Chicago dio el sí definitivo. El edificio medirá casi 610 metros y supone un auténtico reto para un artista que parece querer llevar hasta el extremo la idea del edificio que se enrosca en sí mismo bajo forma de espiral y hacia el que ya apuntaba su proyecto Turning Torso, una torre de apartamentos en Malmö (Suecia).
Pero el Chicago Spire es mucho más ambiciosa que los 54 pisos de aquel edificio. Nadie se ha atrevido a construir un rascacielos tan alto con esa fisionomía, aunque la firma Skidmore, Owins and Merrill (SOM) tiene un proyecto de aire similar en Dubai cuyas dimensiones permanecen en secreto.
Ése es el estudio de arquitectos al que Santiago Calatrava también le hace la competencia en altura en Estados Unidos ya que hasta el pasado jueves el rascacielos más alto del país iba a ser la Torre de la Libertad, un estéticamente cuestionado edificio que medirá 541 metros diseñado por SOM y que se construye en la zona cero de Nueva York. Ambos edificios tendrían que estar terminados en 2009.
El Chicago Spire cambiará radicalmente el horizonte de una urbe que, al igual que Nueva York, ha hecho de los rascacielos nobles una de sus máximas atracciones. Según Blair Kamin, crítico de arquitectura del diario Chicago-Tribune, "si pensamos en lo mejor, será como una nueva Torre Eiffel, un espléndida declaración en el horizonte arquitectónico de la ciudad. Si pensamos en lo peor, será una versión enorme y flaca de un cono de helado".
Lo que no ha sido desvelado todavía es el presupuesto del edificio. Tampoco el precio que tendrán los 1200 apartamentos que albergará en su interior. El arquitecto español culmina con este proyecto su conquista estadounidense: entre sus múltiples encargos está el auditorio de Atlanta, el intercambiador de transportes de la zona cero, otro rascacielos en Nueva York y tres puentes en Dallas.
Babelia
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