Historia (episódica) de las finanzas
En el territorio de la historia económica, algunos libros suscitan agradecimiento por lo que enseñan; otros, muy pocos, por el placer de su lectura; pero no es frecuente que unas mismas páginas ensanchen el campo de lo que conocemos, y nos proporcionen al tiempo motivos para el disfrute intelectual y estético. Las de esta obra lo logran: son originales, incitan a la reflexión, están bien escritas y se han ilustrado y editado con gusto. La historia financiera como una de las bellas artes.
Dirigido por responsables del International Center for Finance de la Universidad de Yale, el volumen reúne una veintena de estudios sobre episodios de innovación financiera a lo largo de la historia, sumando para ello la colaboración de un nutrido grupo de expertos, con la audacia suficiente, en cada caso, para explorar más allá de caminos trillados. Con el resultado singular de hacer coincidir la historia económica con la historia de la cultura, y la de las finanzas con precisas acotaciones sobre historia de las civilizaciones. Un logro inusual, ciertamente, publicado en inglés aún no hace dos años y vertido a buen castellano por iniciativa de la Escuela de Finanzas Aplicadas.
Los orígenes de las finanzas. Las innovaciones que crearon los modernos mercados de capitales
William N. Goetzmann y K. Geert Rouwenhorst
Ediciones Empresa Global
ISBN 978-84-89378-51-3
La mera relación de algunos de los episodios seleccionados es aleccionadora del original planteamiento del libro y de su peculiar atractivo. La invención del interés en los préstamos sumerios, hace cuatro milenios; las acciones negociables, o cuando menos transferibles, de las llamadas societates publicanorum en la antigua Roma; las ventas al por menor de préstamos en la Ruta de la Seda y los orígenes del papel moneda y de los vales gubernamentales en la China imperial; la evolución de la tecnología de los derechos financieros, desde los tarjas en la Europa medieval hasta el diseño y la impresión de billetes que Benjamín Franklin realizará en la primera mitad del siglo XVIII; los bonos y deudas gubernamentales en las ciudades-estado italianas; las acciones de la primera corporación mercantil moderna, la Compañía Holandesa de las Indias Orientales, creada en 1602; la apasionante historia del individuo que, condenado a muerte en el año de la creación del Banco de Inglaterra, 1694, llegaría un cuarto de siglo después a contrôlleur général des Finances en Francia: el escocés John Law, teórico innovador y policymaker; los orígenes de los fondos de inversión, desde la primera aportación holandesa en el siglo XVIII a las creaciones anglosajonas 100 años después; los instrumentos financieros utilizados para financiar la Guerra de la Independencia (1776-1783) y el nacimiento del mercado de capitales estadounidense y de la Bolsa de Nueva York; los primeros eurobonos, promovidos por la familia de banqueros Rotschild en la Europa de la Santa Alianza; las modalidades de la deuda alemana puesta a punto tras la Gran Guerra; los bonos del rey Leopoldo de Bélgica para financiar la deplorable transformación del Congo en una corporación controlada por manos privadas, fuera de las fronteras legales y geográficas de cualquier estado organizado. Un total de 20 estudios a los que la edición española añade un documentado capítulo sobre la innovadora reforma reciente de nuestros mercados de valores, realizado por E. Ontiveros y F. J. Valero.
Obra de autoría plural y de "naturaleza episódica", no es, empero, simple agregación de piezas sueltas. La labor de los directores ha sido también modélica.
Una obra espléndida, en definitiva. Que incluye, por cierto, semiescondida, una dedicatoria bien hermosa: la que uno de los directores hace a sus padres, quienes le animaron a buscar "la sabiduría a través de disciplinas, lenguas y fronteras". ¡Parece una línea de Borges!
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.