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¿Dónde está esa mano invisible?

Manuel Planelles

A cuento chino le suena a los agricultores aquel supuesto liberal de que una mano invisible regularía el mercado. "El problema más importante del campo es el económico. Los precios están tan bajos en origen que la rentabilidad es complicada", indica Agustín Rodríguez Sánchez, secretario general de la UPA en Andalucía. "Un kilogramo de naranjas cuesta dos euros en el supermercado, pero a nosotros nos pagan dos céntimos", asegura. "El Gobierno no puede renunciar nunca a la regulación del mercado, no se puede dejar sólo a la ley de la oferta y la demanda", sostiene Rodríguez.

Este responsable de la UPA asegura que el sector agrario y ganadero está atravesando una crisis. Si no se pone remedio, Rodríguez dice que el futuro de este sector estará sólo en los productos rentables. Se dejará de cultivar todo, salvo el olivar y las frutas y hortalizas, según los augurios de la UPA.

Frente a este futuro negro, esta organización reclama más ayudas del Estado. "Pero no sólo ayudas económicas, tienen que aplicarse ayudas legislativas", afirma José Luis Gutiérrez, secretario general de la UPA en Córdoba. Para ellos las subvenciones no son lo más importante. Recuerdan que las ayudas de la Unión Europea al sector sólo han premiado la superficie o la producción, con lo que se ha beneficiado a grandes terratenientes. Según los datos de esta organización, actualmente en Andalucía las ayudas llegan a 450.000 explotaciones. Pero, "el 0,51% de las explotaciones recibe el 27% de las ayudas", detalla Rodríguez.

Sin embargo, este sindicato reconoce que el retrato del campo andaluz ha mejorado mucho en los últimos 25 años. Fundamentalmente, en cuanto a infraestructuras públicas en los pequeños municipios.

Diego Cañamero, histórico dirigente del Sindicato de Obreros del Campo (SOC), coincide en parte con el análisis de la UPA. Defiende que, desde 1984, hasta Andalucía haya llegado el PER porque "ha sido la mayor fábrica de empleo rural, la mayor fábrica del campo". Además del problema de los bajos precios en origen, Cañamero sostiene que otra de las cuestiones sin resolver en el campo andaluz es "la precariedad laboral, porque se sigue contratando en muchas ocasiones como en la Edad Media, en la plaza del pueblo". Pero, además, apunta al fenómeno de la inmigración como otro de los asuntos peliagudos. "Son la mano de obra de las campañas y no tienen infraestructuras, no tienen médicos, ni colegios... es una situación sangrante", concluye Cañamero.

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Sobre la firma

Manuel Planelles
Periodista especializado en información sobre cambio climático, medio ambiente y energía. Ha cubierto las negociaciones climáticas más importantes de los últimos años. Antes trabajó en la redacción de Andalucía de EL PAÍS y ejerció como corresponsal en Córdoba. Ha colaborado en otros medios como la Cadena Ser y 20 minutos.

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