Una nube tóxica procedente de una mina de carbón siembra la alarma en Langreo
Más de 100 intoxicados y varias viviendas desalojadas por el incendio en un pozo de Hunosa
Un espectacular incendio originado a 550 metros de profundidad en el pozo minero María Luisa, de la empresa estatal Hunosa, desencadenó ayer la alarma en Langreo (Asturias) al sumir bajo una densísima nube de monóxido de carbono a una amplia zona del municipio, parte de cuya población tuvo que ser evacuada. El Principado decretó el nivel 1 de emergencia y se movilizó un fortísimo despliegue sanitario, policial, de bomberos y equipos de rescate. Los dos distritos más afectados fueron Sama y Ciaño. Más de 100 personas tuvieron que ser asistidas por síntomas de intoxicación.
La nube de monóxido de carbono empezó a emanar a la superficie a las 7.30 desde el interior del pozo hullero. La emanación, de magnas proporciones y gran densidad, acabó por oscurecer el cielo y envolver a la población de Langreo, la quinta población de Asturias (con 46.558 habitantes), bajo una espesa y asfixiante humareda, primero muy negra y luego grisácea, que irritaba los ojos, causaba escozor en la garganta, impedía respirar y terminaba por nublar la vista. El monóxido de carbono y un fuerte olor a quemado fueron avanzando por las calles, envolviendo edificios y cubriendo los distritos más cercanos a la explotación, Ciaño y Sama, que quedaron sumidos bajo una fortísima contaminación atmosférica que impedía ver.
El Gobierno del Principado, que decretó el nivel 1 de emergencia, el Ayuntamiento y la Delegación del Gobierno movilizaron todos los recursos disponibles. El despliegue estableció tres perímetros de seguridad y procedió al desalojo de la población de mayor riesgo (ancianos y personas con problemas respiratorios) y de todos los vecinos de cinco calles, en total 740 personas. De momento no se sabe cuándo volverán a sus viviendas, ya que las casas deben ventilarse adecuadamente.
Los escolares de tres centros educativos (dos de Ciaño y uno de Sama) permanecieron retenidos en las aulas hasta que, muy avanzada la mañana, se procedió a su evacuación, una vez que la emergencia empezó a remitir en algunas zonas.
Los 184 mineros (de los 470 que tiene la explotación) que se encontraban dentro de la mina en el momento en el que se produjo el incendio fueron evacuados del pozo con rapidez y pudieron avisar a la compañía minera, que puso los hechos en conocimiento de las autoridades.
Desde coches policiales que patrullaban por la ciudad se recomendó a la población por megafonía que no saliera a la calle y que se cerraran puertas y ventanas de viviendas, comercios y bares. Las autoridades regionales y locales repartieron 8.000 mascarillas a los habitantes de las zonas afectadas, se distribuyeron botellas de agua mineral por las calles y se estableció un perímetro de seguridad en torno a la zona más irrespirable, que quedó acordonada. El tráfico fue prohibido por el interior de la población. Las zonas urbanas más afectadas ofrecían a media mañana de ayer una imagen de desolación, con las calles vacías y la única actividad de los vehículos de emergencia.
Los ciudadanos desalojados de sus casas y los vecinos de las calles evacuadas fueron trasladados a polideportivos y a un campo de fútbol situado en una zona exenta de humo, y donde se instaló un hospital de campaña. 139 personas fueron atendidas en este centro de asistencia y en cuatro hospitales de Asturias con síntomas de intoxicación por monóxido de carbono, fatiga, mareos, náuseas, insuficiencia respiratoria e irritación ocular. 30 personas permanecen ingresadas y otras cuatro, las más graves, pertenecientes a la primera ambulancia que llegó a la zona tras el incendio, fueron trasladadas al hospital de Valdecillas de Santander.
Las autoridades autonómicas y locales establecieron un gabinete de crisis en el ayuntamiento para la coordinación de la operación. La situación mejoró a última hora de la mañana, aunque por la tarde hubo más desalojos ante la posibilidad de que hubiera un rebrote de la nube tóxica.
El viento contribuyó a disipar la contaminación, aunque en algunas zonas aún persistía una elevada concentración de monóxido de carbono. A última hora de ayer el fuego había sido controlado en una parte, pero, según las autoridades, se desconocía la situación en la zona más profunda de la mina. El presidente de Hunosa, Juan Ramón García Secades, anunció que se va a inundar con agua la zona donde está el incendio.
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