Un libro editado por la Filmoteca recorre la historia del corto vasco
Los cortometrajes vascos pasan por "un momento fantástico". Eso sostiene José Luis Rebordinos, que firma junto a Jesús Angulo y Antonio Santamarina el libro Breve historia del cortometraje vasco, editado por la Filmoteca Vasca. A lo largo de 322 páginas, el texto recorre la historia de ese formato desde 1923, año en que se realizó el primer filme corto de ficción, titulado Un drama en Bilbao, hasta nuestros días, cuando experimenta un importante auge de la mano del programa Kimuak del Gobierno vasco.
El libro enumera 1.006 títulos, frente a los 384 que se contabilizaron en un estudio elaborado en 1985. Arranca con un capítulo que recuerda los cortometrajes realizados desde principios del siglo XX hasta 1968, año en que Néstor Basterretxea y Fernando Larruquert dirigieron la película Ama Lur. El corto Un drama en Bilbao, realizado por Alejandro Olavarría, consta como el primero, aunque antes hubo algunos intentos que no llegaron a la pantalla, según apuntó el director y conservador de la Filmoteca Vasca, Peio Aldazabal.
Un segundo apartado se detiene en los cortometrajes experimentales y artísticos realizados por creadores como José Antonio Sistiaga y Rafael Ruiz Balerdi. "Es una variante que se ha dado especialmente en el cine vasco", aseguró Angulo. El libro continúa analizando las películas cortas que surgieron entre la época de Ama Lur y la década de los noventa. Es en este momento cuando empezó a destacar el caudal de cortos vascos y a despuntar directores como Álex de la Iglesia, Enrique Urbizu y Julio Medem, entre otros.
Hasta los Oscar
Breve historia... recala por fin en los tiempos de Kimuak, un programa que el Gobierno puso en marcha en 1997 para promocionar los cortometrajes vascos tanto en el resto de España como en el extranjero. Bajo su paraguas se han dado a conocer en todo el mundo pequeñas obras de gran calidad de jóvenes que han sumado decenas de premios. Algunos, incluso, han quedado finalistas para los Oscar. En esa reducida lista están Nacho Vigalondo, por 7:35 de la mañana, y Borja Cobeaga, por Éramos pocos.
"Kimuak es un ejemplo para todas las comunidades autónomas, que se miran en él para hacer programas similares", destacó Angulo. "El corto vasco vive un momento fantástico por el entusiasmo de los cineastas, pero también por la acertada política de las instituciones", añadió Rebordinos. En cualquier caso, dijo que sería "injusto" ceñirse sólo a los trabajos seleccionados por Kimuak. Por eso el libro menciona cortos que no fueron seleccionados por este programa y que son también "muy interesantes". Subrayó, además, que aunque los cortometrajes siguen siendo un camino para "el aprendizaje" de los cineastas, hoy en día son "mucho más", como lo demuestra que algunos realizadores que han dado el salto al largometraje vuelvan a hacer cortos.
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