EE UU se reúne con un ministro palestino pese a la presión israelí
Francia pretende reanudar la ayuda financiera directa al Gobierno de Haniya
La estrategia del Gobierno de Israel de someter al ostracismo a todos los miembros del Ejecutivo de unidad palestino se resquebraja. No es que el boicoteo económico a la Administración que encabeza el islamista Ismail Haniya vaya a ser levantado. Pero las numerosas iniciativas diplomáticas de países occidentales irritan a Tel Aviv. Más aún si quien se suma a ellas es EE UU. Su cónsul general en Jerusalén, Jacob Walles, se entrevistó ayer con el ministro de Finanzas palestino, el independiente Salam Fayad, mientras Francia, dando un paso al frente, anunció que reanudará su ayuda financiera.
Todo comenzó el lunes. A las diez de la mañana, en el cruce fronterizo de Erez, que separa Gaza de Israel, decenas de policías palestinos aguardaban la llegada de una comitiva. El viceministro de Exteriores noruego, Raymond Johansen, se encaminaba a una reunión con el primer ministro y dirigente de Hamás, Ismail Haniya. Oslo anunció después que restablecía relaciones plenas y que reanudaría sus ayudas financieras. Las consecuencias han sido inmediatas.
Un encuentro de Johansen con responsables de la diplomacia hebrea, prevista para ayer, fue cancelado. "Una decisión del Gobierno del año pasado estableció que los dignatarios que se encuentren con miembros de Hamás no serán recibidos por funcionarios israelíes", afirmó Mark Regev, portavoz del Ministerio de Exteriores israelí. Noruega no es miembro de la UE y los políticos hebreos quitan hierro a su capacidad para quebrar el embargo que padece desde hace un año el Ejecutivo de Hamás. Pero nadie duda de que su implicación diplomática en los procesos de paz siempre ha sido decisiva.
"Después del primer ataque terrorista desde la formación del Gobierno de unidad palestino el fin de semana, es evidente que debería ser aislado por la comunidad internacional", declaró David Baker, alto funcionario de la Oficina del Primer Ministro israelí, en alusión al disparo que recibió el lunes un trabajador judío junto a la frontera de Gaza, efectuado por un miliciano de Hamás. En absoluto está Israel logrando su propósito. Aunque nada trascendió de la cita entre Fayad y el cónsul Walles, confirmada por el responsable del Tesoro palestino a la emisora Al Yazira, es notorio que supone un varapalo a la política de aislamiento total que preconiza Ehud Olmert.
Todo apunta a que se trató sólo de tantear el terreno. Porque la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, sí fijó la posición de la Casa Blanca desde Washington. De momento, el Cuarteto (EE UU, UE, Rusia y la ONU) no eliminará el boicoteo. Exige del nuevo Gobierno palestino el reconocimiento formal de Israel y la renuncia a la violencia, requisitos que no aparecen en el programa del Ejecutivo palestino que juró el sábado.
Invitaciones en cadena
En un tono que difiere del de EE UU, se suceden en cadena las invitaciones a la negociación con los miembros del Ejecutivo de unidad palestino que no pertenezcan al movimiento fundamentalista. El portavoz del Departamento de Exteriores francés fue un paso más allá: "Es conveniente retomar la ayuda financiera directa al nuevo Gobierno y defendemos esta posición ante nuestros socios europeos", según Efe. Por su parte, la jefa de la diplomacia austriaca, Ursula Plassnik, invitó a su homólogo palestino, Ziad Abu Amar, a acudir a Viena, y añadió: "Es cierto que su plataforma de Gobierno no refleja del todo los principios definidos por el Cuarteto, pero observamos movimiento y deberíamos estudiar cómo reanudar la cooperación".
La decepción en Israel es palpable. Una opinión muy extendida se leía ayer en un editorial de Yediot Ahoronot, el diario de mayor tirada: "Es triste ver cómo los países de Europa capitulan ante el Gobierno palestino. Comenzaron su actividad contra los ministros de Hamás como dóbermans y la han concluido como caniches. Pronto la fortaleza de Bush y Rice caerá y, una vez más, estaremos solos... Al final, no tendremos más remedio y probablemente hablaremos con los ministros de Hamás, dado que no habrá otros ministros. Intentaremos discutir sobre la paz. Siempre tendremos tiempo para escupirles y dispararles".
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