Un centenar de colonos judíos asalta un edificio en Cisjordania
Mientras en las alturas de la diplomacia internacional afloran las dudas sobre el tratamiento a aplicar al Gobierno de unidad palestino, a ras de tierra, en la Cisjordania ocupada, nada cambia. Un centenar de colonos, varios de ellos armados, asaltaron el lunes un edificio de varios pisos en Hebrón. Aseguran que lo han comprado a una empresa en Jordania, aunque el propietario palestino, Fais Rajaba, que comenzó a edificar la casa hace 15 años, mostró ayer sus documentos a la policía israelí.
El Ejército asegura que estudiará los títulos de propiedad. Pero mientras, los extremistas judíos, según afirmó el Gobierno, no serán desalojados. Y serán protegidos por los soldados. Salvo que medie una decisión política del Ejecutivo de Ehud Olmert, Rajaba afronta un largo proceso en los tribunales, por supuesto israelíes.
El acto de los fanáticos religiosos despertó discrepancias en el Gobierno israelí, conscientes algunos ministros de que la ocupación es el germen que todo lo pudre. Aunque después sólo las ONG israelíes se movilizan contra las agresiones a civiles palestinos. Mientras Otniel Schneller, representante de Olmert ante los colonos, aseguraba que la "toma de la vivienda es consistente con la política de Kadima", el viceprimer ministro Simón Peres aseguraba: "La situación que crean los colonos es insoportable".
El objetivo del expolio parece claro. Schneller dijo que se trata de crear una continuidad territorial entre el asentamiento de Kiryat Arba, a las afueras de Hebrón, y la ciudad, en la que viven unos 500 colonos y 170.000 palestinos, una gran mayoría con el acceso prohibido a buena parte de la localidad. "Este bloque", comentó Schneller, "debe ser parte de cualquier futuro acuerdo".
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