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BIOTECNOLOGÍA

Transgénicos de segunda generación para el desarrollo

Los niveles de productividad agrícola por hectárea en los países en desarrollo continúan siendo demasiado bajos para erradicar la hambruna y la biotecnología, en especial la llamada de segunda generación, así como un uso más eficiente del agua, podrían ser "parte de la solución" a este problema, según el documento final de BioVision 2007, el foro mundial sobre ciencias de la vida que se celebró la pasada semana en Lyón (Francia).

El foro dedicó buena parte de sus sesiones al análisis del papel que pueden jugar la biotecnología, la nanotecnología y la biomedicina en la erradicación del hambre y en la consecución de estándares de salud equiparables a los de los países desarrollados. En particular, en África, donde las enfermedades infecciosas y una agricultura de subsistencia coexisten con graves problemas sociales y políticos.

Estrés ambiental

La aportación de la biotecnología, destacó Prabhu Pingali, director de la División de Agricultura y Desarrollo Económico de la FAO, pasa por implementar los desarrollos conseguidos por las áreas de I+D de empresas y universidades contra el estrés ambiental y suelos deficitarios en nitrógeno y agua. En la misma línea, Jerry Steiner, director de biotecnología de Monsanto, destacó la existencia de líneas de investigación en semillas resistentes al déficit hídrico, al exceso de salinidad y a la pobreza de nitrógeno en el subsuelo. Lo que se pretende, dijo Keith Wieber, del Departamento de Agricultura de Estados Unidos, es incrementar la productividad por hectárea "sin recurrir a nuevos campos de cultivo".

El obstáculo principal, denunció Emile Frison, director general de International Plant Genetic Resources, es cómo transferir esta tecnología, centrada fundamentalmente en el uso de transgénicos, de forma que pueda preservarse la biodiversidad y, en paralelo, asegurar el aporte de micronutrientes, aspecto que podría quedar en entredicho por la creciente homogeneización de especies cultivadas. "La suplementación de nutrientes [mediante cultivos transgénicos] no es la solución", aseguró.

La otra cara del debate estuvo centrada en la implementación de la nanotecnología en el ámbito energético y la aproximación biotecnológica para la consecución de fármacos y vacunas más efectivos y asequibles. En ambos casos, así como también para el sector agrícola, se reclamó una colaboración más cercana entre las grandes empresas multinacionales y las organizaciones supranacionales, petición que, de momento, carece de respuesta.

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